Capitulo 10

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Capítulo 10: Signos

(Reescrito)


Apartamento de Hal

Ciudad costera.

8:40 AM

Finales de octubre

Saco de la repisa que tenia en su pequeña cocina la botella en forma de oso. -¿Con miel?- le ofreció a sus dorados Hotcakes.

- ¿solo tienes eso? -arrugo el gesto.

-uy, disculpe príncipe por no tener caviar-rodo los ojos, bañándolos en miel.

Este sábado Damián ha vuelto a colarse a su departamento por la noche, ya hace meses que dejo de serle un problema, casi natural de encontrar ahora un cuerpo a su lado los fines de semana contrario al pasado que se iba antes despertar, dándose calor entre ellos con la inminente llegada del invierno.

Para los fríos han llegado acoplarse a la rutina de preparar algo caliente, se levanta primero para hacer el nutritivo desayuno, en su interior no quería que el Robin fuera a toda velocidad en esa motocicleta sin algo en el estómago. El Robin despierta mucho antes que él, pero se hace el dormido y se acurra más tiempo. De poco a poco, sin darse muy de cuenta, su apartamento se llenaba con cosas del infante, desde su cepillo escondido en alguna parte hasta algunas shurikens que ha dejado tiradas debajo de su cama, y eso temía que le arrestaran por porte ilegal si la policía le pedía algún cateo, quien sabe.

El apartamento en algún punto de junio dejo de sentir solo hasta la fecha, dejando la pinta de un hombre asalariado solitariamente soltero, a un lugar del cual se alegraba regresar. Algo que, si no era todo de flores, es que este se le diera por atormentar al niño de al lado, ya le ha dado quejas su vecina de lo traumado que estaba su niño ante las amenazas de su inminente asesinato a manos del pajarillo de Batman.

¡Controle a su cría psicópata o llamare a la policía!

Hijo...

Se había quedado embobado en sus pensamientos repitiendo eso en su cabeza.

-¡Jordán!-le ladro el pequeño.

-¡oh por Glock!, ¡no me vuelvas asustar así!-se llevó una mano al pecho.

-Joder te estaba hablando, pero te quedaste mirando la pared como un idiota, a un Wayne nunca se le ignora- le sentencio irritado.

Bueno, eso ultimo tenía algo de razón, lo admitía de mala gana.

Ambos Wayne nunca les gustaba ser ignorados, ni el padre y ni el hijo, de alguna u otra forma conseguían siempre llamar su atención, aunque sea a las malas.

Al menos este ultimo intentaba no hacerlo a las malas, hace mucho que no ha presenciado un estadillo de conducta, algo alegre que al fin este progresando. No es ciego, que el minisúper le ha estado ayudando con sus "besos", aunque hay algo en esa historia que le decía que no le caía muy bien al hijo del kriptoniano.

-¿Qué me decías?-pregunto de nuevo, dándole un sorbo a su café.

Solo sabe hablar inglés, pero este último año ha aprendido el lenguaje de los Wayne, comunicándose con gruñidos, arrugando gestos o bailando sus cejas, no tenia que ser adivino para saber que estaba por soltarle algo muy probablemente vergonzoso para decir. Damián miro hacia abajo, murmurando palabras. - ¿podrías venir a ver mi partido? -murmuro.

Damián fue metido de mala gana por su padre al equipo de futbol de la escuela que asiste en metrópolis, lo sabe porque se estuvo quejando con él por mensajes todo un día completo, no le iba muy bien que digamos, si era bueno el pequeño en los deportes, pero trabajar en equipo y con personas que no conoce es un asco.

MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora