Capitulo 9

1K 129 18
                                    


Capítulo 9 Desde esa noche:

(Reescrita).


Wayne Manor

9:40 PM

Inicios de octubre

Para la reputación que se cargaba Batman como un héroe del cual no embarraría la misión por algo tan simple, los recientes hechos acontecidos debieron dolerle en su orgullo. Era de cierta forma gracioso, tal vez incluso el Joker pueda hacer unos chistes buenos, en el que solo una bolsa de papas fritas le haya herido el brazo.

Erase tres héroes, Superman, el señor de la noche y la linterna, en el que siguiendo a un grupo de metahumanos terminaron en las cloacas del infinito, porque era un laberinto que ni con magia podían saber con exactitud donde estaban. Batman como siempre pareciera desafiar toda lógica humana, sabiendo perfectamente a donde iba, donde seria la reunión criminal y cuando.

Bueno, algunas cosas nunca cambian.

Estuvo programada en la intersección de al menos 6 túneles en el nivel inferior de tres, con Clark en el segundo, Batman en el primero y su persona en el de arriba, asomándose a ver en caso que se salieran las cosas de control. No era muchos, un total de nueve armados hasta los dientes aun con poderes, charlando en una voz tan inaudible que solo Superman podía oír. Le desagradaba las cloacas, y después de esa misión las odiara más todavía, su lugar estaba en el cielo, no debajo de la tierra.

Justo cuando iba dar la señal para aparecer, el caballero nocturno dio un paso en falso hacia delante, pisando unas papas de algunos años que todavía conservan su estado crujiente, estando en silencio un rato el lugar antes que predominaran los disparos y gritos de guerra. Ambos héroes se quedaron por un momento blancos ante el error de Batman y después socorrerlo.

El plan se había ido al demonio, Arthur en su humilde ayuda inundo todos los túneles, obligándoles a salir y recibidos por Mera que les atrapo. La misión un éxito, pero los daños vergonzosamente innecesarios. Olían a mierda y Batman tenía una herida en el brazo por una bala.

A pesar que mantenía esa mascara fría y tenebrosa, infundiendo miedo en los interrogados, por dentro se le removía la conciencia al saberse cuando le dolía la herida, tal vez infectada por los fluidos, demostrando ser fuerte y no necesitar ayuda, en rescate del marketing del humano que caminaba entre dioses. Que le perdonaran, pero no pudo evitar compararlo con el vástago de ojos verdes, ahora que este invadía su hogar al menos los sábados que parecía tenerlos libres para escaparse e irse a su apartamento. Ambos duros por fuera, pero suavecitos por dentro recordando la mirada preocupada de Bruce y su derrumbe en aquella reunión en la mansión.

Le ofreció el aventón a casa, y era terco mientras negaba que podía ir solo por su cuenta, pero él lo era más, haciéndole suspirar derrotado y dejarse llevar en una burbuja de energía a Gotham. Le saco la carta de lo irresponsable que sería pilotear un avión con el brazo así.

Al aterrizar en la cueva fueron abordados por un curioso Alfred, tampoco hizo caso a las justificaciones del patriarca y lo mando a bañarse en las duchas que había aquí abajo.

-y usted también señor Jordán-

El plan era dejarle ahí e irse, pero el anciano era más manipulador de lo que creía, tomando la ducha arriba en la mansión. Se mato un poco la cabeza al adivinar cual era el champo entre los cientos de frascos, al igual que el jabón no estaba en barra sino en gel. Al menos salió con la piel más suave que haya recordado jamás. Ni siquiera sus cayos estaban. Mirándose en el espejo hizo algunas cuentas, notando algunos cambios en su cuerpo, cabello más sedoso, facciones suavizándose y bíceps algo grandes, casi pareciera tener bubis.

MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora