Capitulo 2

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Capítulo 2 Las ganas de resolverlo

(Reescrito).


Wayne Manor

12:30 PM

Mediados de Abril

Después de ese momento, tal vez pasadas de las doce de la media noche, se separaron en discreción, tomando sus respectivos caminos. El menor caminaba hacia su progenitor con la cabeza revuelta, sin saber cómo sentirse o pensar sobre lo que recientemente paso, pero al menos se notaba más ligero.

Un simple Adiós basto para no alargar el momento, el más joven yéndose con su padre en el Bat-movil y el policía irse por los aires hacia ciudad costera.

Hal se la paso las siguientes semanas de abril pensando en lo que sería la vida de ese infante, nunca le había pasado con anterioridad ese suceso con algún junior, pero se había sentido tan natural como si estuviera escrito en su ADN, como si fuera lo correcto.

Pero algo seguía remordiéndole, teniendo en cuenta todos los factores, entre ellos su padre, para ponerle a pensarle varias por la cabeza, a rumiar todos los días hasta que le dejo con las ganas. En una mañana después de asegurarse que Ferris no le fastidiara, pidió una conversación en privado con el hombre más rico de la ciudad de Gotham. Tan pronto le aviso al mayordomo de sus intenciones y presencia en las próximas horas, colgó sintiéndose el hombre más correcto o el más estúpido y entrometido; uno de sus pequeños pensamientos era que no es buena idea meterse con una familia tan complicada como lo son los murciélagos, pero sabe que la idea no se le va a ir de la cabeza sino lo resuelve de inmediato.

Se le hizo terriblemente corto el viaje por los aires desde su departamento hasta la mansión, aterrizando en los bastos jardines que predominaban figuras de animales decapitados en los arbustos. El mayordomo le esperaba con anticipación en la entrada trasera de la Mansión, ofreciéndole colgar su chaqueta de aviador y guiarle a la oficina del cabecilla.

A medida que avanzaban por los largos pasillos la soledad del lugar la sentía pesada, un silencio que le resultaba incomodo, una desgracia a pesar que es una hermosa casa. Le pregunto a Alfred si no había nadie más quien habitara la mansión a parte de los tres evidentes residentes. El fiel mayordomo le respondió que no, lamentablemente; Dick ya había hecho su vida hace tiempo, Jasón seguía con resentimientos con su padre y tenía su propio departamento, el joven Tim pasaba mucho tiempo afuera que ahora no vivía aquí, pasaba solamente de visita antes de irse otra vez con su equipo.

El castaño bufo, claramente era notable porque tenía tan difícil desarrollar relaciones el pequeño, no interactuaba más que su padre y el abuelo.

Al llegar a las puertas del estudio pudo decirse una vez que estaba a tiempo de dar la vuelta y dejar que esto se resuelva entre familia. Pero también sabe que dejárselo a Bruce es como no hacer nada, reconoce la escasa inteligencia que tiene el alfa mayor para proceder con temas como estos. Y, además, no permitirá que ese niño tenga una infancia triste como la tuvo alguna vez, no si está en sus manos.

No pidió permiso, tampoco toco la puerta, simplemente la abrió y entro, cerrando a sus espaldas y avanzar hacia el gran escritorio de nogal, donde yace el dueño sentado detrás de el en una cómoda silla de cuero, pero no enfundando en su clásico traje de marca, algo más suelto, un suéter de cuello de tortuga gris oscuro con pantalones elegantes negros.

Como siempre parecía casi injusto que se viera atractivo 24/7, aun cuando tenía sangre y moretones en el rostro seguía estando para portada de revista, pero eso no lo va admitir ahora. Por un momento se sintió algo avergonzado de cómo iba vestido, polera blanca con jeans desgastados y unas botas, más la chaqueta de aviador que dejo en el perchero del vestíbulo, no se había bañado por lo perdido que estuvo en sus pensamientos.

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