Capitulo 4

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Capítulo 4 Solo un experimento:

(Reescrito)


Jordan's Apartament

Ciudad costera.

3:00 AM.

Intermedios de mayo.

Con solo dos días en el espacio se sentía miserable, al punto de fingir su propia muerte y que no le buscaran ni para volar un avión o para combatir el crimen por al menos unos días. No había tenido para ese mes algún fin de semana libre, los guardianes disfrutaban arruinar sus sábados, Carol se encargaba de su parte el resto de la semana.

¡¿Y sus horas de dormir?!

Su sueño era sagrado, le ha planteado más de una vez a su jefa que la acusaría con el sindicato si no le daba otro horario más flexible, pero esta le mira con burla repitiendo su eslogan linterna verde puede hacer lo que sea.

Bueno, tocaba joderse.

Apenas llego las seis de la mañana tuvo que reunir toda la energía restante de su cuerpo y pararse para ir al refrigerador y beberse hasta el fondo toda la lata de energizante, y si por milagro funcionaba, empezar un día en la joven vida asalariada.

Su mente pareció entrar en piloto automático desde que apenas sintió algún mínimo efecto de esa lata, no sintió cuando se bañó, cuando se vistió, cuando llego a compañías Ferrys, ni cuando despego el Jet, solo le despertó la alerta de falla en el alerón, entrando de un momento en pánico sin recordar sus poderes, entrando de un solo la adrenalina en su sangre y tratar de maniobrar para llegar seguro a tierra, y por poco no la cuenta.

Otra cosa que si sintió apenas fue la bofetada que le dio Carol en su mejilla, regañándole por no estar atento, desde hace más de 5 minutos que le había estado gritando por el comunicador que había falla y este ni había encendido el comunicador, tan despistado estaba.

No había que mencionar el Mobbing que le tocaba pasar cuando tenía que bañarse en las duchas, con algún silbido o pirobo de algún alfa en morbo, las invitaciones a salir o los gestos obscenos de sus compañeros.

Para resumir, los lunes era una mierda, terriblemente mal emocionalmente, sin poder dormir bien y cansado en todos los sentidos, con bolsas en los ojos y el dolor de espalda presente. Trato de tomar todo el café que podía ofrecer la cafetera personal de Carol, apenas le daba algo de energía para poder llenar el informe de fallas y terminar con el mal día.

Odiaba los lunes con el alma.

Está pensando seriamente pedirle a Guy o a Kyle que le remplacen, no creía poder llegar hasta el final de su rutina.

Al diablo

El mundo podría joderse solo por hoy, ardiendo cuanto se le diera la gana, el sueño reparador era inoponible para esta vez, apenas y pudo enviar un texto hacia sus compañeros linternas antes de quedar casi en coma en el autobús de regreso a casa. Tan pronto llego y amablemente le despertó una señora de edad para que no se pasara de parada, bajo con paso lento del vehículo hacia su departamento, subiendo con pesadez corporal los escalones, pensando en las distintas formas que puede acomodarse en su preciosa cama y no despertar hasta el próximo lunes.

Le costó más de tres intento encajar las llaves en su puerta, buenas noticias, no olvido cerras las puertas, si fuera lo contrario, este día hubiera terminado en tragedia.

Estando en la familiar morada, tiro su bolso en algún rincón de la entrada, descalzándose las botas a la mitad del pasillo, quitarse la polera encima junto con los pantalones en medio de la sala y quedar en mera ropa interior negra. Su aparamento era un desastre, el desorden era diario en su vida, así que no importaba donde dejara eso. Prendió el aire acondicionado de su habitación y se hecho a la cama, gimiendo de puro gusto y restregando su retaguardia contra las sabanas de seda, un regalo de Oliver, aunque pareció más caridad que otra cosa. Aquellas sabanas de ensueño le acarician su cuerpo casi desnudo con exquisitez, como una nube literal que le daba orgasmos a la mente cansada, quedando en cuestión de segundos noqueado y decirle hola al séptimo sueño.

MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora