Sonrisas

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Asentí de inmediato, ambos giramos y tomamos otro camino, tratando de perdernos entre la multitud aglomerada del evento.

¿Quién era? Chloe no lo quería ver, en lugar de apartarse, decidió irse a otro lado ¿Se conocen? Era claro que sí, ahora me intrigaba un poco más saber que quería o qué relación tenían. Se lo preguntaría una vez que estemos lejos.

—¿Te vas tan pronto? —Escuché una voz de lejos.

Chloe intentó no darle importancia, se veía disgustada, molesta y angustiada, abruptamente aceleró el paso y se aferró fuertemente de mi brazo.

—¿Sí me escuchas o haces que no escuchas? —Vociferó fuertemente, llamó la atención alrededor, haciendo que varios detuvieran su paso al escuchar eso.

Tratamos de seguir adelante, hasta que sentí un apretón fuerte en mi hombro intentando detenerme.

—¿Es que acaso no escuchan?

—¿Qué quieres?

Al voltear al replicarlo, se vio confundido, sin dejar de lado su expresión inicial, parecía confiado hasta que me miró detenidamente.

—Tú no eres Damián —Lamentó descontento—. Quizá lo vea después, me debe una.

No dije nada, quise esperar a ver qué hacía, desconocía por completo a este tipo.

Miró a Chloe de pies a cabeza, su mirar no cambiaba para nada, lentamente, dio un sorbo de su bebida, la destapó viendo adentro de esta, y luego levantando el vaso.

—¡¿Qué haces?! —Inquirí viendo que este intentaba arrojar su bebida sobre Chloe, dando un golpe en su mano y derramando la misma en el proceso.

—Solo le doy lo que se merece ¿No estás de acuerdo?

—¡Para nada! ¿Qué consigues haciendo eso?

Veía a Chloe de reojo, ella no actuaba de ninguna manera, solo se mantenía al margen, sin decir ni una palabra, sin mover ni un dedo, era algo inusual, estaba seguro de que ella hubiese actuado, hubiese dicho algo o defendido sin siquiera parpadear, pero en cambio, parecía desear que nos fuéramos sin más.

—Justicia, pura y dura, no me pienso detener hasta estar satisfecho. Es por eso que esa maldita, no todo el apellido Rice, debe ser miserable.

—¿O acaso no lo sabes? —Carcajeó sádicamente—. No sabes quién es la persona que tienes al lado ¡Ella es la puta hija de Bill Rice!

Era por eso, por supuesto que sí, lo sabía, pero deseaba que no fuera eso. No podía verle la cara en su momento, pero tenía en mente la expresión de Chloe.

Aquel nombre resonó en los oídos de los mayores que estaban alrededor de nosotros, algunos que vi, miraron estupefactos, a la vez que disgustados nuestras caras, ese nombre, o como mejor lo conocen "El bastardo" causa infamia, pareciendo un nombre Tabú aún a día de hoy. Se notaba en sus caras, el desasosiego, el asombro y la tragedia que este nombre suscitaba.

Reconocía incluso, ojos pavorosos, estupefactos frente a lo que esta persona había afirmado, denotando perfectamente un alma pavorosa.

—¿Papá?

—¿Necesitas algo más?

—Sí ¿Qué sabes de alguien que conocen como "el bastardo"?

Hay muchas historias, mucha especulación acerca de lo que hizo y lo que no hizo, abordando muchos aspectos de la vida de este asesino, tanto, que se hizo una fábula en las siguientes generaciones.

Pero para los que tendrían la edad para recordar este suceso, parecía ser una flecha ardiente la mera mención de este nombre, Hidalgo, Kaiser, Howland, Chase, Moreau y Becker, eran los que más recordaban este nombre, al ser estos víctimas de aquel día, algunos de los familiares sencillamente se fueron del pueblo, evitando contacto con todo aquel recuerdo doliente, pero en otros casos, los que aún recordaban, recordaban con impotencia y rencor aquel hecho, no importaba la sentencia, algunos no podían dejar atrás el dolor.

AcluofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora