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—Y... eso es todo con el Utah raptor, ahora vamos con...

Incorporado en mi silla, observaba hastiado como engullía tanta información mientras comía gomitas intentando retener por unos momentos de más mi concentración ¿Por qué me metí en esto? ¿No era más fácil sencillamente decir que no? Luego de eso vi fugazmente el rostro de Víctor, quien irradiaba euforia con cada palabra que decía, ya que recordaba por qué hacía lo que hacía, pero empezaba a divagar, no podía más.

—Hey, espera, vamos a tomarnos un descanso. Vamos bien de tiempo y creo que tenemos lo que necesitamos.

—¿Podríamos terminar con este por lo menos?

Víctor hasta ahora, me había platicado de por lo menos 20 especies diferentes, tanto animales, como vegetales, incluso ha de mencionar algunas ¿bacterias? El caso es que, la diferencia entre ambos era notable, principalmente porque mientras él era capaz de precisar con éxito las características de por lo menos 50 especies diferentes de animales prehistóricos, yo, bueno, pensaba en si primero iba el cereal o la leche.

Pero recientemente, había ciertas cosas que llamaban mi particular atención.

—No, no, no, no —Negué rotundamente, dándole una botella de té—. Tómalo con calma, a este paso me va a doler la cabeza.

—Bien, bien, ya entiendo —Cerró el libro y tomó la botella, dando un gran sorbo—. Esto está tomando menos de lo que esperé.

—Imagínate, si está tomando menos, ¿Cómo sería cuando tardábamos para hacer un título?

Esbozó una sonrisa burlona.

—No saldríamos de aquí con vida —Indicó hilarante—. Espero que te paguen por estar aquí.

—Claro que no, ni estoy trabajando.

—Entonces estás jodido, lo siento —Dijo riendo, era una risa peculiar por no decir más—. Por cierto, Isaac ¿Qué ha sido de Henry? Ustedes son como siameses o algo así.

Me quedé en silencio con un gesto afligido, recordando lo acontecido recientemente.

—¿Qué? ¿Pasó algo? —Inquirió preocupado.

—No... Siendo sincero —Rectifiqué—. Ha estado extraño estos días.

—¿A qué te refieres con eso?

—Que...

Recordé aquella noche, en donde me dijo histérico que estaba aterrado, recordé su mirada, no era semejante a la de siempre, estaba desolado, lo noté, estaba en un estado, que incluso me pedía a gritos que no le dijera nada a nadie. Sentí un escalofrío enorme al rememorar ese día.

—Ha estado extraño —Indiqué finalmente—. Distante por así decirlo, y me parece muy inusual, es incluso incapaz de dirigir la palabra para explicar qué ocurre.

—Sinceramente, te pregunté por cortesía, en realidad, no soy alguien que te pueda dar consejos sobre cosas así.

Carcajeé un poco. No sabía el porqué, creo que a veces tiendo a reírme por cosas triviales.

—No, no, no te pregunto desde un punto de vista social, sino psicológico, no estoy muy apegado a eso, a diferencia de ti.

—Mi afición es la paleontología, no psicología.

—Pero lees mucho de eso, no pido a un profesional, pido a un amigo que me pueda ayudar.

—Hasta donde sé, es normal...

AcluofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora