Blue | H.S

Treinta y cuatro

Harry

El arte era una sensación de libertad en mi mente, era un sabor dulce en mi boca y aire fresco en mis pulmones. Un pincel entre mis dedos era lo único en este mundo que tenía mucho sentido para mí, incluso cuando era un niño, se sentía mejor dibujar esos monstruos aterradores en la televisión, en lugar de temerlos en mi sueño. Estaba convencido de que el arte cambiaría el mundo y quería llevarlo directamente a esa hermosa destrucción algún día.

Corrí a través de los conocidos pasillos de la universidad con un leve aliento saliendo de mis pulmones, las paredes parecían derrumbarse sobre mí mientras aceleraba el paso por el estrecho pasillo. Mi bolso estaba colgado del hombro, así que cuando entré al estudio de arte, cayó a mi mano con facilidad y rápidamente encontré mi lugar en la parte de atrás.

Mis ojos miraron nerviosamente a mi alrededor, esperando que nadie se diera cuenta de que llegaba tarde.

Finalmente me acomodé en mi asiento, mi cabeza se eleva con el ensanchamiento de mis ojos y casi me ahogo con el aire a mi alrededor cuando inhalo bruscamente.

No sabía que se estaban usando modelos esta semana, y mucho menos desnudos. Me cepillé algunos mechones de cabello para ver mejor, era una chica bañada por el sol con cabello castaño rojizo y ojos encantadores. Tenía una cierta extraña familiaridad con ella, con la forma en que miraba alrededor de la habitación y sus labios rosados ​​fruncidos juntos mientras posaba, completamente desnuda para una habitación llena de artistas. Admiré su coraje y la crudeza de su feminidad que mostraba con tanta confianza.

Rápidamente agarro mi bolso y entierro mi mano para recoger mis herramientas de dibujo, el pequeño estuche de lápices llega a mis manos y ansiosamente lo saco.

Me aseguré de analizar cada movimiento en su piel, las pecas consteladas contra el oro rosa de su piel, y la caída en su cintura que me recordaba a las montañas en el bosque.

Desde que comencé la universidad, fue la primera vez que me sentí intrigado e inspirado dentro de este estudio de arte; no perdí el tiempo en disfrutar de esta nueva musa.

Pasé la hora que se nos proporcionó dibujando a la chica desconocida, abrumado por una intensa necesidad de capturar la belleza cruda de ella. Me aseguré de delinear perfectamente la estructura de su mandíbula y muslos, creando un universo en la página que era una mujer suave y hermosa. Me aseguré de apuntar a su núcleo con elegancia, capturando la plenitud de su feminidad con empoderamiento. Ella floreció entre sus piernas como pétalos de rosa al sol, su expresión perfecta y atractiva para todos los que estaban en esta habitación y al final de la hora, estaba extremadamente complacido con el resultado de mi boceto.

La miré mientras envolvía su cuerpo con una sábana, sonriéndole con facilidad a nuestra maestra de arte y dejando que su cabello rubio cayera sobre sus ojos dorados. Empaco mis materiales de arte a toda prisa, casi tropezando con mi taburete antes de empujar a algunas personas. Sus ojos se posaron casi instantáneamente en los míos, sonreí y ella correspondió al gesto con cierto conocimiento.

"Hola," me inclino hacia adelante, dejando que mi mano se estire para estrechar la de ella. "Solo quería darte las gracias por estar frente a todos nosotros, es extremadamente útil para un artista, pero estoy seguro de que fue bastante abrumador para ti."

Ella me da la mano y una mirada se dispara a través de sus rasgos, tomando su labio regordete entre sus dientes antes de responder. "Sí, por supuesto, pero de nada."

"Soy Harry por cierto." 

"Soy Amber." sus ojos miran por encima de los míos antes de que una amplia sonrisa se forme en sus labios. "Encantada de conocerte Harry."