Blue | H.S

Cuarenta

Lola

"Aquí estamos." Louis apaga el motor antes de girarse hacia mí, una sonrisa persiste mientras la dulce colonia que usaba bailaba con la brisa a través de la ventana del auto. "Casa."

Y aquí estaba mi hogar... bueno, era mi hogar hace al menos tres años. Cuando me enamoré por primera vez y mi piel estaba manchada por la pubertad, mi cuerpo todavía tenía raciones raras y mi obsesión con cierto tipo de 'chico malo' era inmensa.

Inhalé profundamente, mirando la casa de campo familiar. Los paneles alrededor de la estructura seguían siendo lavanda descolorida, jardines desordenados y prados verdes ocupaban la propiedad y algunas ovejas y caballos todavía vivían dentro.

Louis vivía aquí cuando nos conocimos, su abuelo era el dueño del lugar y lo dejó mudarse aquí cuando su madre lo echó por negarse a asistir a la escuela. El abuelo de Louis lo recogió, condujo hasta la granja e inscribió a Louis en mi escuela al día siguiente. Él fue la única persona que nunca aguantó sus tonterías.

Y ese fue el comienzo de nuestra historia, nos conocimos una semana después e instantáneamente él hizo su deber, hacer que la chica inocente e incómoda se enamorara de él. Qué cliché nos encantaba ser.

"Mis abuelos están fuera de la ciudad por unos días, así que solo somos nosotros." dijo Louis y me sentí un poco aliviada y entristecida por no verlos.

Incluso después de todo lo que ha sucedido, mi tiempo con Louis siempre obligaría a que los recuerdos y sentimientos permanecieran dentro de mi alma. Era extraño que incluso ahora me impactara tanto, las personas en su vida y los recuerdos que compartimos juntos.

Supongo que tu primer amor nunca muere.

"¿Te acuerdas?" Louis corta mi línea de pensamiento. "Tu cumpleaños número diecisiete fue aquí, y te emborrachaste tanto con el tequila del abuelo que ni siquiera podías ponerte de pie." me encogí al pensarlo, pero me reí con él. "Y tuve que llevarte al porche, para que no vomitaras en ningún lugar del interior y me metieras en problemas."

"Si." me río. "Y me dijiste que me amabas."

Los ojos de Louis parecen brillar con los cielos de la tarde arriba, una sonrisa maliciosa entrelazó sus labios mientras su cabeza se volvía hacia mí. "Sí, te dije que te amaba y lloraste."

Dejé escapar un ruido molesto. "No lloré." la negación hace que Louis se ría aún más.

Nos quedamos en silencio mientras la radio del coche suena suavemente de fondo, una de las baladas de rock de Louis tarareaba en mi mente, recordándome una época en la que fui feliz. Después de cumplir los diecisiete, todo se volvió más oscuro, mi salud mental se tensó con el estrés de la escuela y el hogar. Apenas vi a Louis en ese momento, comenzó su búsqueda en la música y ya era una estrella local, actuando en pubs y clubes todos los fines de semana. Eran las vacaciones de verano cuando asistí por primera vez a un espectáculo, se emborrachó tanto aunque al principio apenas me reconoció, demasiado interesado en la chica rubia que lo seguía como una sombra. Sin embargo, todavía lo apoyé durante toda la noche, y cuando terminó su concierto, fui a buscarlo detrás del club para elogiar su actuación, pero finalmente lo encontré besando a la chica rubia.

Algo en mí se rompió en ese momento. Todo era borroso, pero esa sensación dentro de mi estómago sonó a través de mi torrente sanguíneo e hizo que mi cara y mi cuerpo se enfriaran, me escapé y lloré tan fuerte que pensé que dejaría de respirar por los sollozos incontrolados que escapaban de mis pulmones.

Louis trató de hablar conmigo, pero al final fue su abuelo quien me levantó y me quitó el polvo.

Lo llamé y condujo hasta la ciudad para buscarme, dejó a Louis atrás y me llevó aquí, donde fui al prado cerca del viejo estanque de patos, y grité. Grité a las estrellas en el cielo, grité al universo que sanara mi corazón roto y lloré hasta que caí al suelo. Fue terapéutico, pero durante semanas estaría tan destrozada y desaparecida de la herida dentro de mi alma tratando de sanar.