Blue | H.S

Trece

Lola

El aire a mi alrededor se sentía pesado mientras me sentaba en el borde de mi cama, la tensión de la culpa me consumía y sentí que mi corazón pesaba con mi alma mientras miraba alrededor de las cuatro paredes de mi habitación. Las paredes lavanda me recordaron una época más simple, una jovencita que estaba más interesada en el color de su habitación que en la culpa de emprender un viaje prohibido. La inocencia la recorrió hasta el día en que apagó las velas de su cumpleaños y se encontró con sus ojos azules en la oscuridad de un club lleno de niebla.

Leí el texto de nuevo, de alguna manera queriendo creer las palabras que escribió.

Louis: ¿Estas ocupada esta noche? Te echo de menos...

Leí las palabras una y otra vez, escuchando su voz suave decir esas cuatro palabras y trece letras tan perfectamente pero sin llegar a la realidad. No fue este pésimo intento de afecto. Suspiro, respondiendo rápidamente antes de empujar el teléfono y acostarme en mi cama.

Lola: Sí, lo siento, Mona y yo estamos estudiando esta noche. Deberíamos hacer algo mañana, ¿tal vez cenar?

El familiar zumbido de mi teléfono provocó un gemido que escapó de la crudeza de mis labios, me quedé quieta. No fue hasta que sonó otro zumbido a través del dispositivo que lo agarré, sonriendo a la pantalla mientras el texto que había estado esperando finalmente cruzó la pantalla brillante.

Harry: Aquí :-) -H

Empujo las cortinas de mi ventana hacia un lado y miro a mi patio delantero para ver a Harry descansando contra la cerca de mi casa, sonrío mientras lo veo pasar su teléfono de una mano a la otra y silbar una melodía en el aire mientras esperaba mi llegada. Salto de mi cama con un ruido sordo, agarro mi chaqueta y mi bolso de mi escritorio antes de correr escaleras abajo hacia la puerta principal.

Pero cuando me estiro para agarrar el pomo de la puerta, una voz se instala en mis huesos, haciendo que mi entusiasmo se desinfle. "Lola Margaret Davenport, ¿a dónde vas?" pregunta mi madre.

Obligo una sonrisa. "Grupo de estudio de amigos." miento. 

"¿Con ese chico?" ella arquea una ceja, mirando a través de la ventana para mirar a Harry con un color desaprobado en sus ojos. Aprieto los puños con fuerza, conteniendo las emociones que me inundan mientras miro sus ojos ardientes.

"Sí, es un amigo, madre." digo con firmeza.

"¿Un amigo?"

"Si, un amigo." confirmo. 

Ella no parece convencida, inmovilizándome con sus ojos azules. "Está en casa a las ocho." asiento con la cabeza antes de señalar la puerta, pero no sin que me persigan una vez más. "¿Y Lola?" me vuelvo hacia ella, acobardado por su mirada. "Asegúrese de invitar a Louis a cenar mañana por la noche, tenemos noticias maravillosas para ambos." su ataque venenoso a la luz que Harry ilumina en mi vida me quema, rompiendo la pared que mantuve para esconderme de esta vida. Simplemente asentí con la cabeza, saliendo de la casa con un suspiro de alivio.

Harry todavía esta apoyado contra la valla, hojeando el teléfono que tenía en la mano mientras esperaba. La brisa sopla a través de su cabello desordenado, apretándolo contra su cuello y hombros para exponer su piel bronceada. Me muerdo el labio mientras camino hacia la puerta, admirando su comportamiento distraído. Cuando la puerta se abre y deja que el espantoso chillido corra por el aire, la atención de Harry es captada y me mira a los ojos con una maravillosa sonrisa en los labios.

"Hola."

"Hola, Harry." sonrió.

Cuando salgo del patio delantero de mi casa, siento una sensación de libertad al exponer su camino a través de mi alma, la sensación de estar atrapada en esa casa de muñecas era abrumadora y estar aquí con este chico maravilloso en el aire fresco me hizo sentir viva de nuevo. Continúo mirando los rasgos de Harry como una tonta, notando el sonrojo en sus mejillas por el aire frío y el brillo en sus ojos color esmeralda. Mientras mi visión recorre su cuerpo noto dos bicicletas apoyadas contra la cerca con su cuerpo, una blanca y otra azul. Arqueo una ceja y sus labios se curvan en una amplia sonrisa, los hoyuelos se forman en sus mejillas.