EXTRA 3

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17 años han pasado desde la boda del dragón y la leona...

Hoy era el día en el que Scorpius Malfoy Granger, se graduaba de Hogwarts.

-¡Lyra!, ¡Por aquí, cariño!.- una mujer pelirroja de ojos azules la llamaba con cariño, haciéndole señas para que se sentara con ella y su esposo, mejor conocido como el salvador del mundo mágico.

-¡Tía Ginny, tío Harry! Que bueno que hayan podido llegar a tiempo.- habló la chica de rubios cabellos y ojos avellanas, con una sonrisa deslumbrante en su rostro.

Era impresionante que a su corta edad de quince años, la chica era increíblemente hermosa y atraía mucho las miradas de la gente, sobre todo cuando ella reía de esa manera.

A su lado caminaba su amado novio, Matthew Pewett, un chico de cabello azabache como la noche y ojos azules como zafiro, a pesar de ser muy callado y serio, permanecía al lado de la rubia sosteniendo su mano, y solo sonreía para ella.

-Querida, ¿tus padres aún no llegan?.- preguntó la pelirroja mirando a todas partes, pero sólo pudo observar a su hermano y su cuñada que se iban acercando con una sonrisa, unos pequeños castaño y pelirrojo los seguían, mientras jugaban juntos.

Lyra negó con la cabeza, no los veía desde ayer, pues ella se había quedado en casa de su abuelo Severus, quien la trajo hasta el colegio, ese día.
El pocionista había besado la frente a su amada nieta y se despidió brevemente para reencontrarse con sus viejos colegas, hasta la hora de la entrega de diplomas de su nieto mayor.

Orion corrió hasta abrazarla por la espalda.

-Heeey mi pequeño bubu, ¿te quedaste en casa de los tios Ron y Lavander, para jugar con Hugo?.- le preguntó divertida, mientras se giraba para abrazarlo, adoraba a ese pequeño renacuajo.

-Lyra, deja de tratarme como un niño, ya tengo 9 años ¡y pronto vendré también a Hogwarts!.- el pequeño Orion hizo una pose de poder imitando a los superheroes muggles que tanto le gustaba ver por la televisión.

-Tendrás cien años y seguirás siendo mi pequeño bubu.- ella le pellizco las mejillas divertida, mientras que el pequeño castaño bufaba.

Matt sonreía ante la tierna escena, amaba ese lado tan fraternal y protector de ella.

-Hola Matt, ¿Ya saludaste al abuelo Severus?.- preguntó con cierta picardia el castañito.

Lyra se sonrojo y Matt se tensó.

El abuelo Severus era todo dulzura con la rubia, pero era un monstruo sobreprotector, cuando de su Lyra se trataba. Y es que, ante sus ojos, nadie era suficiente para su "flor", como él le llamaba a su adorada nieta.

Por lo tal había evitado las presentaciones formales con él, apesar de llevar tanto tiempo saliendo juntos, y que sus padres lo supieran.
Al menos los de ella, ya que los de él, eran un poco fríos y toscos con el azabache.

-¿Otro Slytherin en la familia?, mamá va a perder la apuesta esta vez.- se rio la rubia.

El castañito la miró con una sonrisa traviesa.

-Quizá quede en Gryffindor, como tú.- respondió como si nada el pequeño.

-¿Con tu carácter? Slytherin o Ravenclaw, fijo.- replicó la mayor.

-¡Lyra, Orion!.-

Los aludidos se voltearon a ver quien los llamaba y eran sus tios Blaise y Pansy, quienes caminaban hacia ellos con una sonrisa.

Los hermanos, apresuraron el paso, para saludarlos con un fuerte y cariñoso abrazo.

-¿Cuando llegaron?.- preguntó Lyra con una enorme y radiante sonrisa.

Mi secreto con ella (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora