CAPÍTULO IV

25 12 0
                                    


JONAS

Llegamos a tiempo a Madrid ya debíamos dormir para ir a primera hora al Bar del papá de Jorge.

—¿Te quedarás hoy? —le pregunte a Jorge.

—Claro que sí… —contesto.

Puse una cara de emoción y fui a besarlo y nos pegamos a la pared.

Esto está llendo a otro nivel, los besos de Jorge calienta a mi cuerpo a un modo inexplicable, sentir sus manos libres, explorando, conociendo cada espacio de mi cuerpo, me dan la seguridad que siempre he necesitado para saber, que él es el ideal, aunque meses atrás no lo sentía así  pero hoy… Hoy acepto que es él y lo acepto de la mejor manera.

—Joder Jonas ¿Qué hacéis conmigo?
—su entrecortada voz me excitaba mucho más.

—Joder Jorge... Justo eso haremos toda la noche, Joder... —dije mientras mordía su labio inferior para provocarlo más.

Metí mi mano en su pantalón con un leve movimiento, la erección tras sus boxers blancos me dan una hermosa bienvenida.

Mis ojos llenos de lujuria me hacen verlo, él me ve y entiende todo, sabe lo que quiero y yo sé lo que él desea.

Me arrodillé hasta que mi boca quedara a la altura de su boxers blanco el cual guardaba una gran erección... Estaba tan hermoso aquel amiguito... Me encendí al verlo, su grosor, su forma, su color ¡Todo!

Lo escuché gemir cuando la  calidez de mis labios se posaron en su punto más sensible, aquel gemido me había encendido, me había vuelto loco... Un loco sediento de sexo.

Lo chupaba con fuerza Jorge rápidamente jala mi cabello mientras yo sigo succionando su miembro, juego con mi lengua pasándola desde el principio al fin, mirando como mi chico apretaba sus ojos y abría su boca de placer.

Jorge empujó mi cabeza hasta la raíz de su miembro haciendo así que mis labios toquen sus afilados pelos recién cortados, causando daños leves en mi garganta, pero el placer que le estaba dando a mi chico compensa todo.

Lo sigo introduciendo en mi boca muy constante, disfruto cada momento, cada segundo... Y si no se viene el yo mismo podría sufrir mi clímax aun con mis pantalones puestos.

—¿Te gusta Jorge? —inquirí mientras lo miraba y lo masturbaba al tiempo.

—Ay Jonas... Joder... Esto es...

Sus palabras fueron reemplazadas por jadeos cuando juego con su glande y mi lengua, estaba a punto de venirse lo podría percibir, mis manos estaban sobre su trasero firme lo sentí tensar, sus músculos contraerse.

—No puedo aguantarlo más Jonas...

—Dejalo salir, dámelo... Y lo hizo, se viene en mi boca, el grito de su orgasmo es desgarrador y grabe amor lo brutal de su viril voz cuando logra su liberación, sentí el caliente de aquel líquido viscoso, mi trague entero me miro a los ojos y me levanto así pasando su lengua por mi boca y besarme.

—¿Que pasara ahora? —pregunta mientras sus piernas temblaban por los orgasmo...

—Ahora conocerás el cielo señor Dals. —dije en tono sexy.

—¿Qué ironía no? —dice entre su respiración entre cortada.

—¿Qué? —inquirí mientras me desnudaba, note como sus ojos recorrían mi cuerpo.

—Que justamente el mismo demonio, me ofrece conocer el paraíso.

—Calla —le dije entre risas mientras lo volteaba y le pegaba fuerte una nalgada.

Escupí mis dedos pasándolos por mi glande y parte de su ano, abrí con mis manos sus nalgas e introduciendo mi miembro mi momento de disfrutar había comenzado escuché sus gritos de dolor y pasión, me puse de puntitas ante tanta excitación y sensaciones, mi boca abierta y mis ojos apretados eran lo que podía percibir.

PECCATUM IV [#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora