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Cuando cuenta cómo terminó en el sótano empiezo a llorar, las historias de los pacientes ya no me afectan, pero Micaela es tan frágil, pequeña y tierna que no se merece nada de lo que le pasa y me hace llorar, cuando olvida la última pregunta levanta la vista de sus piernas y la veo llorando, pero se asusta cuando me ve llorando y a Owen a punto de explotar.

Lo que me sorprende es que se empieza a disculpar como si hubiese cometido un acto atroz pero solo quiero consolarla así que mientras me acerco para abrazarla ella se cubre como si fuese a golpearla y si bien me dolió ese acto a Owen lo destrozó.

Owen tiene un corazón un poco sensible, pero desde la muerte de su madre no lo veía tan afectado por nada, se va no sin antes darle un golpe a la mesa de centro y se a donde va... bueno algo así, no sé a dónde va, pero sé que va a volver para enfrentar a la madre (aunque el título le queda enorme a esta señora) de Mica.

Intento calmarla diciéndole que no iba golpearla, solo quería abrazarla y pone una cara de confusión, quiero hacerla sentir cómoda conmigo así que le digo que me llame por mi nombre y le repito la última pregunta y ella se dedica a contarme su rutina y para mi no tan grata sorpresa me entero de que Mica no va a la escuela, realmente me parte el corazón toda esta situación y no quiero hacer que piense más en ello y por obra del destino un pequeño gruñido de su estómago nos interrumpe, Mica tiene hambre, le ofrezco ir a la cocina a comer y le pregunto que le gusta pero ella solo me dice que no tiene gustos particulares y me dice que si quiero algo que le diga y ella lo hace y luego dice que solo quiere té de menta y mi mente solo se pregunta

¿Qué?

Me vuelve a preguntar por su madre y yo solo le digo que esperemos a Owen, le digo que no se preocupe por la comida que yo puedo y voy a cocinar, pero me doy cuenta que no la siento detrás de mí y cuando me doy la vuelta la veo parada frente al balcón mirando hacia afuera, y se ve tan diminuta en esas ropas y el cabello todo revuelto que me hace preguntarme ¿Qué tipo de persona trata de tal manera a su propia hija?

Me acerco y le toco el hombro a lo que ella se asusta y se encoge y yo automáticamente retiro mi mano, juro que no lo hago de mala fe, no quiero asustarla, pero parece que cualquier contacto es un no para ella.

Y de la nada me pregunta si puede salir al balcón a lo que me extrañó y le pregunto si no tiene hambre y me dice que no y que realmente quiere ir, se ve tan emocionada como una adolescente con el teléfono, carro y ropa más caras, pero la diferencia es que ella solo quiere ver las plantas y realmente no puedo negarme, es absolutamente encantador así que la acompaño y ella solo ve maravillada las plantas que Owen puso por decoración, pero más nunca volvió a tocar.

Narra Owen

¿Cómo es posible que tenga 16? Pensé que tendría unos 11 o 13 cuando mucho, es demasiado pequeña y está muy frágil y flaca.

Todo lo que he visto y lo que contó solo hicieron que quisiera hacer caso omiso a mi propia regla de no asesinatos sin amenazas previas.

Mientras más me acerco a la vieja casa más ardo en furia recordando los sucesos de hace unas horas, pero hay algo diferente, las luces están encendidas así que me apresuro en aparcar y entrar como si de mi casa se tratase.

-Lauren, querida, ya llegué y me debes una charla -inmediatamente escucho pasos y mentiría si digo que estoy sorprendido de ver a un hombre salir de una habitación casi desnudo, ha de ser uno de los novios que mencionó Micaela- Disculpe, ¿quién es usted?

-Mi nombre es Marcus Ramos, ¿Quién mierda es usted y qué hace aquí aden...? -su voz se desvanece cuando ve bien mi cara y solo llama a la perra de Lauren.

-Amor, ¿quién rayos estaba hablando? -cuando me ve abre los ojos muy en grande y empalidece-

-Marcus, te pido que te largues de esta casa, tengo una conversación pendiente con Lauren -acto seguido el tipo entra a la habitación, agarra su ropa y solo se pone el jean para largarse- Ahora sí, un gusto querida Lauren, creo que ya me conoces.

-¿Qué quieres?

-¿Me podrías decir dónde está tu hija?, ya sabes, la pequeña niña -ella solo me ve y se ríe amargamente-

-Esa idiota no se merece el titulo de hija y mucho menos mía, así que no te confundas, su nombre es Micaela y así debes decirle. Ya voy por ella, está jugando con cosas que están el sótano, dice que quiere privacidad o algo así, ya sabes, cosas de adolescentes -es tan cínica como para mentirme en mi propia cara de manera tan desvergonzada- ¡AAAAAAAAAAAH! DONDE MIERDA ESTAS MOCOSA DE PORQUERIA.

-Oh, pensé que habías leído la carta, mucho mejor, solo quería ver qué tan lejos llegabas con este teatro, por favor pasa al comedor y siéntate, tenemos que hablar.

Veo como camina como si no fuese de importancia y antes de que siga de largo le pido que agarre la carta y la lleve consigo, la toma y veo que su minúsculo pero malicioso cerebro se da cuenta de algo y veo como intenta acomodarse la ropa que trae puesta y camina contoneando más la caderas

Mujeres... creen que no nos damos cuenta de esos trucos y creen que todos somos tan idiotas como para caer en algo tan bajo, Micaela es lo único que me importa en este momento y lo que quiero es alejarla de su madre para poder darle una mejor vida. No me pregunten porque o como, pero esa minúscula adolescente se robó mi corazón y quiero darle lo que esta guarra de quinta no le ha podido dar y devolverle un poco de lo que fue privada.

-Como sabrás me debes una cantidad muy grande de dinero, entre préstamos y drogas básicamente me debes una fortuna y ni tu cuerpo por partes en el mercado negro lograría pagar una cuarta parte de tu deuda, y ciertamente tu cuerpo entero tampoco lo haría, no me gustas para nada y por lo que sé Micaela solo es una carga para ti, tienes dos opciones, o me dejas tomar a la niña y te olvidas de tu enorme deuda y quedas limpia o te haré la vida añicos y me rogarás porque te mate de una vez por todas.

Puedo notar cierto temor en sus ojos, pero no dura mucho en darme una respuesta que me asquea totalmente.

-No tenías que amenazarme precioso, con decirme que ibas a sacar a esa niña de mi vida y no te iba a deber ni un solo centavo era suficiente.

-Perfecto, ahora si me disculpas me vas a dar la carta -me la pasa y yo la quemo de inmediato- y me vas a guiar a la habitación de Micaela, me llevaré sus pertenecías.

-Aw, querido eres muy amable en sacar todo lo de esa mugrosa pero honestamente ella no tiene ni cama JAJAJAJAJA, pero claro, revisa y si encuentras algo te lo llevas.

-¿Cómo así que no tiene cama? ¿desde cuando ella no duerme en una cama?

-Antes tenía una cama de madera, pero las termitas la destrozaron, luego se quedó con el colchón, pero creo que por la humedad el colchón agarró moho y luego de caer enferma se deshizo de él, pero no creas que soy tan mala, le he dado unas colchas para que duerma en ellas, hace unos 4 años, así que no duerme en el suelo directo, ella duerme arriba, en el ático, sube y saca todo.

Su cinismo me da ganas de vomitar, no conozco a Micaela, pero podría jurar que es un ángel, ¿qué tipo de niño pide perdón por querer un poco de agua después de durar horas en un sótano vacío? No me cabe en la cabeza como alguien puede ser así de inhumano con su propia sangre.

Entro al ático y lo primero que noto es un olor a humedad y que la luz que entra de la calle es escasa, literalmente solo tiene una pequeña ventana que está bastante alta, intento encender el interruptor, pero la luz no enciende y cuando uso mi linterna lo primero que veo son velas nuevas o usadas y decido prender una y recuerdo el Génesis cuando dice "y que se haga la luz y hubo luz" no soy creyente, pero me ha dado risa el asunto.

Realmente tiene muy pocas cosas pero todo está organizado y más limpio que el resto de la casa, reviso un pequeño closet y encuentro algunas ropas que se ven demasiado gastadas y enormes, decido que mejor le compraré ropa mañana y sigo buscando hasta que encuentro una caja pequeña pero pesada y cuando la abro me encuentro con libros, decido que me los llevaré y sigo en mi búsqueda de algo más que pueda ser necesario pero es inútil ya que no hay mas nada excepto por un pequeño cuaderno debajo de las colchas, la curiosidad me gana y lo leo un poco y me doy cuenta de que tiene una caligrafía un poco mala pero entendible y cuenta sucesos y sueños, me quedo de piedra al leer lo que está aquí y después de unas 4 páginas decido que es mejor irme con lo que tengo, lo que haga falta yo se lo compraré.

Maf... Daddy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora