C i n c o.

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Y pasaron las semanas y ya tenías una nueva enamorada.

Ella. Justamente ella.

Esa que juró estar a mi lado por siempre, como tu, que juró apoyarme en las buenas y en las malas, esa que se hacia llamar mi amiga, que al final resultó ser la más mentirosa.

Solo ella y yo sabemos porque le digo mentirosa, y prefiero que se quede entre ella y yo.

El par de embusteros, juntos.

La niña bonita y el niño de moda.

Perfección por donde lo mires.

Excepto si lo mirabas desde mi perspectiva.

Yo, los veía como dos personas, que lastimaron a la misma niña y que después, inconscientemente se enamoraron.

Me gustaba verte sonreír.

Me gustaba verla sonreír.

No me gustaban esas sonrisas juntas.

Lo peor de estar lastimada, es que estas vulnerable.

Y así estuve.

Me reía, sí. Mucho.

Reír, antes que llorar ¿cierto?

Pero habían días, en los que ya no podía.

El dolor, el vacío en mi pecho y los demás sentimientos se apoderaban de mi y me obligaban a derramar lágrimas. Esas que alguna vez derramé por un dolor físico ahora eran causadas por un chico.

Todos mis amigos cercanos me decían que iba a pasar, que el dolor no iba a durar por siempre pero yo lo sentía así.

Sentía que ya no había algo mas doloroso que eso.

Que equivocada estaba.

[Querido ex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora