13 años
Todos los años la familia Sánchez donaba ropa a una vecina para la iglesia, pese a que ellos ya no asistían al templo con regularidad, de igual forma donaban aquellas prendas que a los niños ya no les quedaba buena. Ese año, sin embargo, la donación aumentó bastante a diferencia de otras temporadas.
De repente, todos habían pegado el estirón de la noche a la mañana.
Y Rubí sufría con la idea de deshacerse de su suéter favorito.
—¿Pero por qué no puedo quedármelo?
Ágata suspiró, esperando con la bolsa abierta a que Rubí cediera.
—Porque te queda corto, Rubí. —insistió— Mira, póntelo de nuevo.
Rubí se lo probó, y como era evidente, le quedaba chico de mangas. Era su suéter rojo favorito, el que usaba desde los 8 años. Sonaba exagerado, pero le costaba deshacerse de sus cosas por muy materialista que se viera, le recordaba a momentos específicos de su infancia.
—Todavía aguanta un año más.
Ágata la miró con impaciencia.
—Ya po Rubí, si ya te dije que después te voy a comprar uno igual. ¿Pa qué querís este si las mangas te quedan chicas?
Rubí hizo un puchero, pero cedió y metió el suéter rojo en la bolsa que su mamá le ofrecía. Al final le dijo adiós con la mano.
—¿En serio estai haciendo show por un suéter? —Esmeralda estaba cruzada de piernas en la cama, mirando la escena con diversión.
—Tú no te metai. —gruñó.
—Llorona.
—Patética.
—A ver, se me callan las dos. —Ágata ya no tenía paciencia. Últimamente sus piedritas vivían peleándose— Rubí, llévale la bolsa a la Macarena.
Esmeralda le sacó la lengua y Rubí le pegó con la bolsa de la ropa. Ágata volvió a intervenir sacándola del cuarto y bajó la escalera con la bolsa entre las rodillas. Al llegar, encontró a Macarena apilando las otras en un rincón.
—¿Todas esas bolsas son tuyas? —preguntó sorprendida.
—Nooo. Una es del Julián, otra del Miguel y la de atrás es mía. —señaló las tres y luego apuntó a la suya— ¿Esa es la de ustedes?
Rubí asintió mientras se la entregaba y Maca la apiló con el resto. Luego se sacudió las manos.
—¿Quién va a llevarlas donde la vecina?
—Yo.
—¿Tú sola?
Maca se encogió de hombros.
—Los tíos fueron con Julián al dentista. Además, es aquí al lado nomás, iré con la carretilla.
—Pero que las lleve el Miguel po.
—No quiere, me mandó a mí.
Rubí parpadeó.
—¿Te mandó qué?
Maca se arrepintió de haberlo dicho tan pronto notó el tono furioso en la voz de Rubí. Y lo cierto es que la Rubí tenía sus motivos para sentirse molesta; Los tíos siempre trataron a Macarena como una sobrina más de la familia, nunca existió un trato distinto, sin embargo, últimamente notaba que Miguel se dirigía a ella de manera diferente. Un trato más... despectivo. Mantenía una distancia con Maca solo porque era hija de la Olguita.
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Quédate conmigo - Rubirena
RomanceSe conocieron de pequeñas y se volvieron inseparables, hasta que la vida decidió darles una dura prueba. Portada hecha por wakeme-upj.