Capítulo 3.

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Perspectiva de Mauro.

No fue hasta que pisé el pasillo que me di cuenta de que había dejado a Enzo en mi habitación, la connncha de la lora, soy un pelotudo, por quererme ir de manera épica, ahora tengo que esperar a que salga para poderme ir a dormir.

Bajé rápido las escaleras y me encontré en el salón a Rusher echado en el sillón y comiéndose un Serenito de chocolate mientras veía la tele.

— ¿Qué 'tas viendo, padre? —pregunté desde atrás, antes de sentarme a su lado y pasarle el brazo por los hombros, mirando el postrecito y de pronto tentándome con pedirle una cucharada— ¿Me convidás?

En cuanto formulé la pregunta, una mirada matadora de parte de Thomas me fulminó completamente, haciéndome alejarme de él unos centímetros y levantar ambas manos en señal de paz.

— Está bien, está bien, no me des nada.

Con eso, desvié mi atención a la pantalla del televisor, observando que mi santiagueño favorito estaba viendo nada más y nada menos que Crepúsculo.

— ¿Sos joda, hermano? ¿Esta mierda? Sos muy gay cuando querés, eh. —le molesté, recibiendo un "Callate, culia" y un golpecito en el brazo como respuesta.

— Al menos yo no me encloseto a mí mismo, si fueras vos el que la estaba viendo, al verme ya la hubieras cambiado y puesto alguna carrerita de autos. Gay. —me retrucó unos segundos más tarde, tomando el control remoto y apretando el botón de "subir volúmen" dos veces, antes de dejarlo nuevamente tirado por ahí.

Epa que andamo' atrevido', eh.

Entendí la indirecta y me volví a parar para marcharme, no sin antes darle un cachetazo en la nuca, por insolente. A mí no me va a venir a hablar así, eh, si lo tengo re pillo.

Por suerte, en cuanto me encaminé a la cocina, vi a FMK bajar, dirigiéndose al estudio, o al patio, realmente no sabía, pero lo bueno era que ya no estaba ocupando mi habitación, por lo que podía subir y hacer la noni noni.

Me giré con la mano ya posada en la baranda para despedirme de Rusher, pero al verlo tan concentrado en el vampirito brillante ese se me fueron las ganas, girándome una vez más y yendo finalmente a mi destino.

Esperaba soñar algo lindo esta vez, no como en mi último sueño, donde Enzo por alguna razón me decía que me veía lindo durmiendo y que podría verme dormir para siempre. Me dio un miedo, porque su voz encima se escuchaba re contra clara. En fin, así es el mundo de los sueños, no tiene explicación.

[ ... ]

— Ey, qué ricos están estos cosos, wacho. ¿Cómo me dijiste que se llamaban? —pregunté a mi cocinero personal, a la misma vez que tomaba con el tenedor otro pedazo de lo-que-sea-eso, lo pasaba por la salsa de chocolate en el plato y me lo mandaba a la boca. Habían veces en las que Enzo se lucía, y esta era una de ellas. No podía creer que se había levantado a las 7 AM por mí.

— Pancakes, Mauro. —me respondió, con el fastidio propio de alguien que repitió la misma palabra ocho veces en unas pocas horas, a la misma persona, además. — ¿Querés más chocolate? —ofreció, tendiéndome el recipiente contenedor de aquella salsa marrón tan deliciosa y adictiva.

Negando un par de veces, junto a un "No, gracias" bajito, hice que la devolviera a su lugar.

Ahora que me lo ponía a pensar, no era la primera vez que mencionaba aquello. Estaba siendo demasiado atento conmigo, y no entendía por qué.

Just Friends (Lit Killah x FMK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora