Capítulo 6.

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Perspectiva de Enzo.

Si dijera que después del beso mi relación con Lit no quedó tensa, estaría mintiendo.

Prácticamente, no hablábamos hace 3 días.

Nuestra próxima interacción fue casi forzada. Tocaba ir a vacunarse y fui el conductor designado, tenía a Lit sentado en el asiento de copiloto y atrás estaba Rusher, ambos charlando animadamente, hablando de qué comprarían cuando fuéramos al shopping.

Porque sí, Mauro le tenía miedo a las agujas, así que entre los dos inventamos que iríamos a comprar ropa. Todo un cuento para llevarlo a vacunarse.

Reí internamente ante el contexto de la situación, Lit ya estaba grande para este tipo de mentiras, parecía ese típico nene al que sus padres le decían que irían a comer helado pero en realidad lo llevaban al hospital.

Cuando llegamos a la campaña de vacunación, me giré para ver la reacción de mi loba personal.

Su ceño se frunció con confusión, y pronto sus ojitos se abrieron de par en par del miedo.

— No, no, no, son unos hijos de puta.

Las carcajadas de Rusher no se tardaron en llegar, pero Lit volteó a verme y se veía tan asustado que no pude evitar sentirme mal. Pero era por su bien, además sería sólo un ratito. Unos segundos de dolor y chau. Bueno, chau hasta que tuvieran que darle la segunda dosis, je.

— No podés hacerme esto. No quiero, llevame a casa. Enzo, dale, por favor. —me suplicó, tomándome del brazo y poniéndome la mejor cara de perrito mojado que le salió, ignorando las risotadas y cargadas provenientes de atrás.

Qué hijo de puta, lo hace conmigo porque sabe lo débil que soy con él.

— Perdón, Lity... —empecé, con una mueca ladina que denotaba que estaba atado de manos, era un deber social, y tenía que cumplirlo quisiera o no— Pero después vamos posta a comprar ropa, ¿Querés? Pensá en eso, dos segundos y chau, te tomás todo el día comiendo heladitos de agua si querés. Ropa, chocolate, helados, lo que quieras. —intenté convencerlo, pero por la mirada temblorosa que me daba, supe que no había nada que lo haría olvidarse de su malestar.

— Pensalo así, gato, si te vacunás vas a poder entrar a un montón de lados donde antes no te dejaban, y sin riesgo de tener Covid. —le animó de atrás Rusher, como si fuera la mejor razón de la vida.

La vacuna ni siquiera funciona así. —pensé, pero en este punto, si la boludez que había soltado Thomas funcionaba para calmar a Lit, estaba bien por mí. Encogiéndome de hombros, le miré y asentí, esperando su reacción.

No, nada había cambiado.

Y para peor, la enfermera se acercó primero a la ventanilla del lado de Lit.

Estaba a punto de decirle que empezara con los demás y lo dejara para el último, pero entonces pensé: "Nah, si lo vacuna a él primero mejor, porque es más rápido y se va a calmar con el pinchazo, en cambio si nos espera a todos la va a pasar mal de lo mucho que va a maquinar en su cabeza viéndonos".

— Va a estar todo bien, mirá, dame la mano. —le ofrecí mientras la enfermera preparaba la aguja, y dejaba que un poco del líquido saliese afuera para sacar el aire. Para mi sorpresa, Lit tomó la mano que la ofrecía, y la agarró fuerte, entrelazando incluso nuestros dedos. Uy, hijo de puta, me vas a dejar sin mano. —pensé, pero no dije nada, más bien, con la extremidad que tenía libre, le acaricié suavemente en el dorso, ofreciéndole la sonrisa más tranquilizadora que pude esbozar.

Pareció ayudar, pero no del todo, así que, justo cuando le pasaron aquel algodón frío empapado de alcohol, me acerqué a su cuello y le susurré al oído.

Just Friends (Lit Killah x FMK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora