Just Friends (Lit Killah x FMK)

Capítulo 9. [FINAL]

Perspectiva de Mauro.

— A-aunque todo el mundo me hable mal de ti, y-yo no les creo porque no lo v-vi —canté una parte de mi canción "Amor ciego" mientras la misma sonaba en alto en los parlantes de mi celular, y yo me sorbía la nariz en tanto lloraba a moco tendido.

Parecía una adolescente que acababa de descubrir una infidelidad, o acababa de sufrir una ruptura, sí, estaba consciente de eso, pero simplemente...

No podía parar de llorar.

Me dolía, ¿Está bien?

Me sentí engañado, me sentí tonto, me sentí estúpido, me sentí un iluso.

Es verdad, me había besado con Tiago, pero yo pensé en él, ¡Incluso dije su nombre! Y cuando sólo... salió de mí, no traté de explicarlo, no traté de esconderme, le aparté y me bajé de ese auto. Le dije a Tiago que tenía que ir a buscar al chico que más quería.

Quise ser valiente por una vez en mi vida.

Y...

— N-no te conocen como yo, no te quieren c-como yo, sé que no m-me fallarías.

Pero, ¿Realmente lo sabía?

Llevé mi mano al piso-

Ah, porque de paso, me encontraba sentado en el suelo de mi cuarto, con la espalda apoyada en el borde de la cama, y las rodillas a la altura de mi mentón. Hasta hace un rato había estado abrazándolas, pero ahora tenía una de mis manos buscando a tientas mi celular, y la otra ocupándose de restregarme los ojos en una forma torpe de limpiarme las lágrimas.

En cuanto pude desbloquear el pequeño aparato electrónico, pausé la música, y llevé ambas manos a mi rostro, tapándolo mientras me desahogaba con todos aquellos sonidos vergonzosos que antes intenté tapar, sin importarme qué se estuviese escuchando afuera.

Las gotas saladas caían por mis mejillas y chocaban contra la fría superficie casi con el mismo ritmo que los golpeteos en la puerta.

— ¡Lit! Abrime.

Era la voz de Enzo. Pero lo que menos quería ver en este momento era a él.

Intenté formular un "Dejame en paz" pero nada salió de mi garganta.

No estaba siquiera seguro de si quería hablarle.

O que me hablara.

No estaba seguro de poder soportar escuchar una palabra más proveniente de ese traidor hijo de puta.

— Mauro, por favor. Quiero hablar con vos. Abrime.

Yo no quería hablar con él.

No me salían las palabras, así que dejándome mover por el instinto, tomé el celular tirado a mi lado y se lo lancé a la puerta.

Uy, cagó mi iPhone.

Re que no tengo.

— Andate de acá, Enzo. —pronuncié, lo más alto y claro que pude, tratando de ocultar la crisis interna que estaba sufriendo.

Sin mucho éxito.

— Pero por qué, Mauro, dale. Si estás así por lo de Rusher, ¿Sabés qué? Él a mí no me gusta.

Uy, qué hubiera pasado si encima le gustaba el trolo de mierda ese.

— ¿Y qué? ¿Vos creés que eso me importa? Pelotudo de mierda. Andá a chaparte a todos los que querás, me importa un real carajo. —le repliqué, alzando más la voz, mientras restregaba mis ojos violentamente.