𝟎𝟏.

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La luz iluminó mi pequeña habitación, me acosté en mi cama boca abajo, mirando los pequeños pedazos de nieve blanca que soplaban afuera

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La luz iluminó mi pequeña habitación, me acosté en mi cama boca abajo, mirando los pequeños pedazos de nieve blanca que soplaban afuera. Una fina capa cubría los árboles que rodeaban la casita.

Tiré de la cinta para el cabello que estaba envuelta alrededor de mi pequeña muñeca sin siquiera pensar en ello, estremeciéndome ante el chasquido cada vez que volvía a mi piel.

Un fuerte golpe en mi puerta me sobresalta, me estremezco y me aclaro la garganta, "¿Sí?" Mi voz estaba ronca.

"Prepárate. Nos vamos pronto." Mi hermana dice, su voz llena de autoridad.

Sus pasos se desvanecen por el pasillo.

Mis ojos se dirigen a la pequeña maleta que estaba junto a mi armario.

Bien, nuestro viaje era hoy.

Mis hermanos y yo planeamos unas vacaciones para tomarnos, para liberar nuestras mentes de la muerte de mamá y papá.

Pero ahora que se redujo a todo, no tenía ganas de ir.

Acepté el viaje cuando su muerte aún no se había producido, pero ahora sí. Y no tenía ganas de ir.

No me veía pasando un buen rato cuando mis padres murieron hace solo tres meses, no parecía correcto. Se sintió como si los estuviera traicionando.

Me levanto de la cama de todos modos, tiritando una vez que mis pies descalzos tocan la fría madera dura.

Mis pies repiquetean ruidosamente mientras camino hacia mi tocador, agarro algunas sudaderas y me visto rápidamente.

Me recogí el pelo en una pequeña coleta, usando la cinta para el pelo de mi muñeca.

Miro mi muñeca una vez que la ato alrededor de la sección de cabello, una pequeña mancha estaba sangrando por los múltiples broches.

Suspiro y me limpio una gota de sangre con la manga de mi sudadera.

Me pongo un par de calcetines y saco el cargador de la pared, junto con mi teléfono. Meto ambos en mis bolsillos y agarro el asa de mi maleta, la llevo detrás de mí a la cocina.

Lanzo una mirada rápida por encima del hombro a la sala de estar, un escalofrío repentino recorre mi espalda.

Mi hermano, Kolton, estaba sentado comiendo huevos y leyendo un libro.

Mi hermana, Meredith, estaba en la estufa, revolviendo algo en una sartén.

Meredith era la mayor con veintitrés años, se ocupaba de Kolton y de mí.

Acabo de cumplir dieciocho solo un mes antes del incidente.

Kolton tenía dieciséis años, el bebé.

Meredith dejó todo en California para volver a casa y cuidarnos. Lo cual aprecié inmensamente.

Dejó un plato en la mesa, había unos huevos revueltos y dos trozos de tocino. Cómo me gustó.

Devota (Reyes Volturi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora