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El joven llegó al estacionamiento y empezó a buscar por todos lados la figura de su jefe, pero no lograba verlo, entonces fue un piso más abajo, y allí lo encontró.

¡Bright! —gritó con todas sus fuerzas, haciendo que este detenga sus pasos buscando a quién le pertenecía la voz que lo llamaba, y al verlo voltearse el joven corrió hacia el.

¿Que quiere Sr Metawin? —cuestionó serio el hombre cuando este llego frente a el.

Yo... yo —pronunciaba Win intentando encontrar las palabras que quería decir, aún dudando lo, pero al ver esto su jefe solo nego con la cabeza y volvió a alejarse de él.

¡Odio despertarme temprano los fines de semana! — gritó nuevamente mientras Bright caminaba, y este se volteó hacia el mirándolo confundido.

¿Qué? —cuestionó con el ceño fruncido.

Odio despertarme temprano los fines de semana —repitió el joven acercándose—. Amo comer, así que mis desayunos tienen que ser muy completos —sonrió—. Me gusta mucho salir, pero hay días en los que solo quiero estar recostado en el sofá mirándo la televisión —dijo y respiró hondo—. Detesto las mentiras hasta la más mínima, las detesto —aseguró con el ceño fruncido—. También me gusta ejercitar, así que si tú lo haces te acompañaré —afirmó deteniéndose frente a el—. Y soy muy celoso, muy celoso, haré muchos berrinches por eso te lo aseguro —le advirtió también haciendo que una pequeña risa se escape de los labios de su jefe—. ¡Y lo más importante es que yo también estoy loco por ti Bright! —exclamó con la sonrisa más dulce que pudo dedicarle. Ahora sabes más cosas sobre mi, ahora... —el joven intentó seguir hablando, pero fue interrumpido por los labios de su jefe con una beso lleno de alegría, lleno de amor quizás también.

Y aunque no estaba seguro de que sería de ellos lo iba a intentar, quería intentarlo entonces se separó de los labios de este y lo miró a los ojos.

¡Ahora puedes ponerle el nombre que quieras! —exclamó y volvió a besarlo con la misma alegría con la que Bright lo había hecho antes. 

Unos pocos segundos después aplausos se escuchaban por todo el estacionamiento, cosa que hizo que los amantes detengan su largo beso y busquen el origen de ese sonido.

Cariño no lo puedo creer.... ¡ya tienes novio! —exclamó emocionada Gigi, acercándose a ellos mientras Win intentaba entender que era lo que estaba pasando cuando la vio. Sabía que eras tú, aunque Bright no quiso decírmelo —afirmó ella—. Ese brillo en sus ojitos tenía que ser por alguien —agregó la mujer con una gran sonrisa en el rostro.

Algo no tan Común, pero Real.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora