Cap 1

232 13 1
                                    


Un sonido metálico me despierta. Es molesto, y no cesa. Un sonido metálico como el de un
ascensor de una mina. Y me doy cuenta de que estoy en una habitación ascendente hecha de
metal. Además de yo, hay varias cajas raras con las letras: CRUEL. ¿Dónde me he metido? De
repente me doy cuenta de que no recuerdo nada. Ni siquiera mi nombre. Ni mi edad. Ni mis
padres. No lo comprendo. Mi mente funciona a la perfección intentando descubrir dónde me he
metido.

-¡Socorro! – grito, y se me irrita la garganta.

Dejo escapar una tos que me corta la respiración y con el traqueteo del ascensor me caigo al
suelo. Me quedo sentada dónde estoy cogiéndome la cabeza con los brazos intentando recordar
algo. Por mínimo que sea. Pero nada. No me molesto en volver a gritar. Soy lo suficientemente
lista como para saber que eso sólo empeorará mi situación.

Así que espero. Una hora, dos... ¿quién sabe? No tengo reloj.

Mi respiración es entrecortada cuando miro hacia arriba y veo unas luces rojas. Abro la boca, y
no la cierro. Me levanto con cautela.

De repente, la habitación ascendente se para en seco con una sacudida que me vuelve a tirar al
suelo. Esta vez no me levanto. Me quedo con el rostro aterrado igual que mi alma, y espero a que
algo pase. La espera no se hace larga. En unos segundos veo una franja recta de luz que aparece encima de mí.

Me llevo la mano a los ojos y los tapo. Con tanto tiempo en la penumbra, tanta luz junta me daña los ojos. Intento hablar, pero sólo sale un ronco sonido imperceptible. Entonces veo unas
sombras que me miran con detenimiento.

Al principio no puedo ver sus rostros, luego, como si una cámara se hubiera enfocado, los
empiezo a ver más específicamente. Y son todos chicos. ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? Me gustaría
preguntarlo todo. En mi espera había planeado con todo detalle lo que haría cuando algo pasara. Qué diría, cómo actuaría. Pero sin embargo me quedo callada. Una voz dice:

-Ve tú, Newt.

Un chico rubio de brazos fuertes, delgado y alto, me abre una puerta en el tejado de la caja. Salta adentro conmigo, me examina detenidamente, y mira hacia arriba.

-Es una chica. – informa, con tono lúgubre.

"Se merecía el universo entero y me eligió a mí" (Newt y tú) Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora