Cap 3

139 8 1
                                    

Cuando me tumbo en la hamaca no consigo dormirme. Doy vueltas y vueltas, pero no puedo. Me
levanto y decido dar un paseo. Voy caminando, y me paro frente a un árbol del bosque. Cierro
los ojos, pero el sueño no acude a mí. Pienso en todo lo que me ha pasado hoy. Aún estoy
fascinada. Después de un rato, me quedo dormida.
Caras. Caras repitiendo una y otra vez lo mismo: CRUEL es buena. Pantallas azueles. Botones
rojos. Chicos en una camilla blanca con máquinas a su lado... Y de repente oigo un nombre que
se dirige a mí. Ginger. ¿Me llamo Ginger?
                                                                                     *   *   *

El crujido de un palo me despierta. Abro los ojos rápidamente e inspecciono mi alrededor. No
hay nada. Pero oigo una voz detrás de mí que me hace darme la vuelta.
-Hola, verducha.
Cuando me giro, veo a Newt. Se acerca a mí y se sienta a mi lado.
-Hola. – contesto adormilada.
-¿Tú tampoco puedes dormir?
Bueno... en realidad si puedo, pero no quiero. No quiero volver a ver esas caras en mis sueños.
-No. Pero... creo que he recordado mi nombre. – cuando le miro, veo sus ojos marrones
mirándome, y eso me pone nerviosa. – Ginger.
-¿Ginger?- repite. Asiento. - Me gusta.

-Gracias, supongo.

Después de
eso, nos quedamos mirándonos durante un rato, pero por alguna extraña razón no resulta
incómodo. Y ninguno aparta la mirada. ¿Por qué no aparto la mirada? Cuando lo intento, no
puedo. <<GINGER. , me exijo a mí misma, APARTA LA MIRADA DEL MALDITO NEWT. >> Después de un rato, me obligo a hacerlo. Así que me quedo mirando cómo las puertas se
abren, y cómo dos personas se adentran en el pasillo.
-¿Qué hay ahí fuera?
Él lo medita unos segundos.
-El laberinto. – responde sombrío.
La cabeza me da vueltas. ¿Un laberinto? ¿Es esto una prisión?
-¿Laberinto? – pregunto. Newt asiente. - ¿Y esas personas que entran?

-Ellos son corredores. Saben más que nadie sobre el laberinto. – me responde él.
-¿Y tú eres un corredor? – no podía resistir hacer esa pregunta. Newt suspira y baja la mirada.
-Solía serlo. Hasta que... bueno... hubo un problema. Me...rompí la pierna. – me responde. Eso
explica su cojeo. 

-¿Y que pasaría si yo fuera corredora?

No sé qué esperaba en la reacción de Newt, pero obviamente no esa.
-¿Corredora? – repite entre risas. Yo asiento seriamente. – No lo entiendes. Nadie quiere ser
corredor. – se ríe. - Además, es demasiado peligroso.
Ese comentario me impacta bastante.
-¿Peligroso? ¿Por qué te importa?
Vuelve a bajar la mirada. Sí. Su excusa es tan pobre que ni siquiera debería haberlo dicho.
-No podemos arriesgar más vidas.
La cabeza parece que me va a estallar. Mucha información en muy poco tiempo. Laberinto.
Corredores. Acabo de recordar mi nombre. No me acordaba de mi propio
nombre. Y para colmo, Newt se acerca a mí y me pasa un brazo por encima del hombro. Fue tan
cálido... Así que, con todos esos pensamientos en mi mente, estallo y rompo a llorar. Él me suelta.
Escondo la cabeza entre las rodillas. Noto un suave sentimiento cuando la mano de Newt se posa en mi espalda de nuevo, con cuidado, y veo que sus ojos están observándome disimuladamente. Supongo que cree que le haré algo si se acerca.
-Tranquila, Ginny. – me dice. Ginny. ¿Diminutivo de Ginger? ¿De dónde me suena el nombre de Ginny?

Levanto la cabeza y le miro. Dejo de llorar.
-Quiero ser corredora. – le digo. – Si no hago nada me voy a volver completamente loca.
Newt aprieta los labios y esboza una sonrisa forzada.
-¿No crees que es demasiado pronto para querer morir, verducha?
Entonces veo la figura de Alby venir hacia nosotros corriendo.
-¡Newt! – grita. - ¡Te necesito en La Hacienda! Se está liando mucho con la nueva verducha.
Le miro. ¿Qué tengo de especial? Claro. Soy la única chica de aquí. Él me devuelve la mirada,
pero sé que tiene que irse. Newt se levanta y me tiende una mano para ayudarme a levantarme.
La acepto. Cuando estamos los dos de pie, se da la vuelta y se revuelve el pelo rubio con una
mano. Vaya, no me había fijado en lo hermoso que es su pelo.

&quot;Se merecía el universo entero y me eligió a mí&quot; (Newt y tú) Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora