Cap 2

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Noto como dos manos fuertes me cogen de los brazos y me arrastran. No opongo resistencia.
Siento el cansancio recorriendo cada una de mis venas. Tengo la visión tan nublada que no
puedo ver con claridad dónde estamos. Sólo veo paredes grises que me rodean, llenas de musco
y hiedra. Pero las ignoro, centrándome en las manos que me sujetan. Ya empiezan a hacerme
daño.

-Do... - mustio con voz ronca. – Dónde... estoy... - se me escapa otra tos irritante.

-Calla, verducha. – responde de inmediato una voz grave. La reconozco. Es la misma que dijo:
"Ve tú, Newt". Giro la cabeza hacia el chico que lo ha dicho, pero todo es muy borroso. La
claridad aún me daña los ojos.

Cuando parecemos llegar a nuestro destino, me tiran a un hoyo de piedra y me sueltan.
Rápidamente, me muevo para intentar huir, por puro instinto. Pero veo que la habitación es
irregular, y estoy atrapada por unas rejas de bambú. Aquí casi no entra la luz, así que me atrevo a abrir los ojos del todo.
Me acerco a las rejas de bambú y miro a través de ellas.
Es increíble. Ni en sueños habría podido imaginar algo así. ¿Cómo es posible? Unas grandes
paredes de piedra cubiertas de hiedra y musgo verde totalmente natural rodean un área plana. El suelo está cubierto de césped. Hay casitas, si así se les puede llamar, de troncos de madera y
materiales parecidos. Varias personas, todos chicos, pasean por la hierba cargados de cosas de un lado a otro.
Grito.
Ignoro el dolor de mis cuerdas vocales y vuelvo a gritar. Varios chicos se giran hacia mí
extrañados. Entonces veo unas botas marrones y un adolescente de piel oscura, ojos marrones y pelo corto, se agacha frente a mí. Retrocedo, y al hacerlo me caigo.

-Hola, verducha. Me llamo Alby. - dice, casi vacilón. No respondo. Abre la puerta de bambú,
tapando la salida con su cuerpo. - ¿Puedes recordar algo? Lo que sea. Tú nombre, tu edad... -
deja la frase flotando en el aire tenso que embarga la escena.

Niego con la cabeza. Quiero llorar, pero no lo hago. Si hay algo que no soporto, es que me vean
llorar. No recuerdo ni quién soy. Al pensar eso, un escalofrío me recorre la espalda.
-No... no recuerdo nada. ¿Por qué no recuerdo nada?

-Tranquila. – dice él amablemente. – Tu nombre lo recordarás en un día o así. Es lo único que nos permiten recordar.

-¿Qué es este lugar? – pregunto, y la voz aún se me quiebra.

Alby extiende un brazo.

-Deja que te lo enseñe.

Dudo un momento. ¿Es seguro fiarse de un chico al que no conoces de nada, qué te ha
encerrado en una pequeña cárcel, que te dice que tu nombre lo recordarás en unos días y qué te
ha sacado de una caja que te llevaba a un lugar no identificado? No lo creo. Pero, aun así, le agarro la mano y salgo del hoyo.


No lo cuestiono. Cuando me pongo de pie, me guía por lo que él llama "El Claro" explicándome
para qué sirve cada casita de madera.

-Mira, - dice señalando una de ellas. – esa es La casa de la sangre. La dirige Winston.
Asiento desconcertada fingiendo que lo entiendo todo, aunque la verdad es que no entiendo nada.


Seguimos andando hasta que se para, y yo me paro con él.

-Verducha, éste es Newt. – dice, y yo giro la mirada hacia atrás.

Allí estaba el atractivo chico rubio al que vi por primera vez desde que tenía conciencia.

-Hola, verducha. – contesta Newt mirándome con una sonrisa en la cara.

-Hola. – respondo con un susurro, sientiendo mi rubor. - ¿Qué significa verducha?


Él se ríe. ¿Tan gracioso es lo que he dicho?

-Es una manera de describir a alguien como tú.

-Ni siquiera yo sé quién soy. ¿Cómo lo vas a saber tú?

Newt aprieta la mandíbula.

-Es una manera de decir "novato", verducha. – gira la cabeza hacia Alby, y asiente. Después se va
rápidamente, y noto que tiene un leve cojeo en la pierna derecha. Me pregunto qué le habrá pasado.

Pero Alby me saca de mis pensamientos.
-Ven. Te presentaré a Chuck.
Creo que intenta ver en mi cara una emoción, pero se sorprende al no hallar ninguna. Ahora
mismo mi rostro está tan inexpresivo que cualquiera diría que me acabo de despertar en un lugar extraño lleno de adolescentes varones sin recordar ni mi nombre.

Alby empieza a andar, y yo le sigo. Cuando entra en una casita, la emoción me recorre el cuerpo. Desde que llegué ha querido entrar en una de ellas. Pero debo decir que me decepciona un poco. Por fuera parecen más hermosas de lo que en realidad son, pero supongo que las hicieron para estar, no para decorar.

Así que me siento en una hamaca de tela verde oscuro que me señala Alby, y espero. Dijo que
pronto llegará un niño llamado Chuck, pero no estoy segura de que vaya a venir.


Después, me canso de esperar y voy a investigar por mi cuenta. Veo unas franjas en las paredes
de piedra, y me acerco. Dentro hay un tipo de pasillo que acaba en dos curvas, una a la izquierda
y una a la derecha. La hiedra es más densa allí, y el musgo más húmedo.

Me acerco más, y más.
¿Qué será eso? Y justo cuando el suelo de césped del Claro va a cambiar a la roca del lugar que
hay dentro, siento un dolor en el costado y me caigo al suelo boca arriba.
Me levanto rápidamente y veo al adolescente que me agarró del brazo. Al chico que dijo: "Ve tú,
Newt". Me ha empujado con tanta fuerza que me he caído varios metros más allá.
-¿Qué te pasa? – le grito. Eso llama la atención de varios chicos que están por la zona.
-¡No entres ahí, verducha! – me grita él.
Oigo a varios chicos gritar: ¡Gally! Lo que debe ser el nombre del tipo.
-¡¿POR QUÉ NO?!
Veo como Newt, Alby y varios chicos más se acercan. Me levantó rápidamente y señalo el hueco de la pared.

-¿Qué hay ahí? ¿Por qué no me queréis decir que hay?
Nadie responde, porque no hace falta. De dentro del pasillo repleto de hiedra, sale un rugido
estremecedor que hace temblar la tierra y el aire. Los dos trozos de roca que hay a los lados del
hueco, crujen. De repente, empiezan a moverse, desafiando todas las leyes de la física. No... esto
no es real. Me he dormido en la hamaca y estoy soñando. Seguro. Esto... no puede ser real.
¿Puertas que se mueven? Y, con un portazo, se cierran de golpe con un ruido sordo. Gally se
cruza de brazos.
-La próxima vez te dejaré entrar. – dice, y oigo a sus pasos alejarse.
Noto la mano de Alby en mi hombro.

-Bienvenida al claro.




"Se merecía el universo entero y me eligió a mí" (Newt y tú) Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora