Capítulo 1

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Love poem - IU

—Cásate conmigo

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—Cásate conmigo.

Si Jiang Cheng lo pensaba en retrospectiva, por su cabeza nunca había pasado el unirse en matrimonio con nadie, así que cuando escuchó a Lan XiChen pronunciar esa frase mientras paseaban por Muelle de Loto, casi se resbala y cae al agua.

Inmediatamente giró con brusquedad para encontrarse con el rostro sonriente de su pareja, sus ojos almendrados brillaban con tanta felicidad que el corazón de Sandu ShengShou se encogió un poco, pero solo un poco.

—¡¿De qué estás hablando?! —gritó enojado, podía imaginar como su rostro estaba cubierto con una pequeña capa de rubor —¡Voy a romperte las piernas si es una estúpida broma! —gruñó mientras le daba la espalda y caminaba a una velocidad que no fuese tan sospechosa.

Estaba claramente emocionado y nervioso, pero no iba a admitir nada.

—A-Cheng —llamó su compañero, su suave voz lo ponía aún más ansioso —. A-Cheng, no te enojes, por supuesto que no es una broma.

El mencionado se cruzó de hombros aún más enojado, sus pasos aumentaron su ritmo, con sus pasos resonando por todo el muelle. Los pocos discípulos que se habían atrevido a dar una mirada curiosa a los dos hombres, huyeron despavoridos ante el malhumor de su líder.

—Lan XiChen —pronunció su nombre con fuerza y lentitud —¿Por qué quieres casarte conmigo? Quiero diez razones que demuestren que tan dispuesto estás —El "enojo" del Líder Jiang había pasado, para darle paso a una sonrisa aterradora en su rostro y una ceja orgullosamente arqueada.

Lan Huan continuó sonriendo, su atención se encontraba puesta por completo en la postura de su amado, su espalda perfectamente recta y sus hombros anchos. Estaba encantado con la vista altiva que se le proporcionaba de su delicada figura y más abajo...Tragó saliva y aclaró sutilmente su garganta para dar paso a su voz.

Por su parte, aunque en el fondo Jiang Cheng estaba hecho una maraña de nervios, quiso escuchar dulces y halagadoras palabras de parte del Lan, esperando que su corazón pudiera calmarse un poco y aceptar la promesa de amor que se le estaba ofreciendo. Estaba aterrorizado, el matrimonio era una ola de malentendidos y convivencia insana, era atarse a un carácter que muchas veces no encajaba con el de uno mismo. Él lo había experimentado, después de todo, era el hijo de un matrimonio obligado, roto y trágico.

Necesitaba un poco más de seguridad y calidez.

—Mi A-Cheng es la persona más firme que he conocido —Los pasos de uno se detuvieron y el otro rápidamente lo alcanzó y abrazó por detrás —. Esa es la primera razón, tu fortaleza. Pero no tienes que estar siempre solo, ahora me tienes a mí y me tendrás hasta que mis huesos sean polvo.

Jiang Cheng refunfuñó con fastidio mientras intentaba zafarse de los fuertes brazos que habían construido una prisión a su al rededor. No hizo un esfuerzo real de hacerlo y solo terminó acomodándose perezosamente sobre el pecho de su compañero.

—Continua —susurró.

—Jiang WanYin es el dueño de un corazón lleno de amor —Las palabras chocaron contra el lóbulo de su oreja y un escalofrío recorrió toda su espalda —. También es el dueño de mi corazón, así que tiene que hacerse cargo —bromeó con voz melosa.

El chico de ojos violeta solo bufó mientras le daba un pequeño codazo.

—Me enamoré de tu talento para nombrar —prosiguió, aún en tono de broma —. También la manera en que tus hombros dejan de estar tensos cuando sientes que nadie te ve, esas son la tercera y la cuarta. Si nos casamos, no tendré que preocuparme por los nombres y podré ver siempre esa faceta tuya.

—¿En serio tengo talento para los nombres? —preguntó con un tono inconscientemente inocente, eso hizo que el corazón de Lan XiChen se acelerara.

—Lo tienes, cielo —lo abrazó con más fuerza mientras descansaba su rostro en la hendidura de su cuello —. Tienes talento para nombrar, para amenazar y para liderar... Oh, esas son la quinta y la sexta. No voy a tener que preocuparme por asuntos como esos en la secta.

—Me vas a dar el trabajo de ambas sectas —Jiang Cheng rodó los ojos, sin embargo, apoyó con suavidad su cabeza contra el cuerpo de su pareja, como queriendo esconderse.

—Quiero ser yo quien te ayude a peinar tu cabello todas las noches y todas las mañanas —Una de sus manos tomó un mechón azabache y jugó un poco con él —. No puedo permitir que alguien más lo haga, como tú esposo podré apartar esa tarea.

—Entonces cásate con mi cabello —bromeó el otro con tono ácido.

—Quiero que tus ojos sean lo primero que vea al despertar y lo último antes de dormir —Giró al hombre para que sus rostros quedaran frente a frente, mientras acariciaba tiernamente su mejilla dijo: —No importa si es una mirada de enojo o una alegre, seré feliz siempre y cuando tus ojos estén sobre mí.

Con un tono burlesco golpeó la nariz de su persona amada y esta frunció el ceño profundamente mientras gruñía, pero no se quejó.

—A-Cheng.

—¿Qué?

—Te amo.

Uno de los dos cuerpos parados frente al cristalino cuerpo de agua, tembló ligeramente hacia esas palabras. Su rostro giró apenado hacia donde flotaban los lotos, estaban tan cerca de la orilla que podría agacharse a tomar uno y... Ponerlo en la boca de Lan XiChen para que se callara y dejara de decir cosas tan vergonzosas.

Al final desistió, esto era lo que él había estado buscando.

—Quiero que seas mi familia, quiero ser la tuya y con el tiempo formar una más grande —terminó el Lan y sin tiempo a que dijera nada más, Jiang Cheng se lanzó sobre el para besarlo con fiereza.

Envolvió sus brazos alrededor del cuello del hombre más alto y unió sus labios de tal manera que parecía que el mundo a su alrededor simplemente se había detenido por completo. Enredó sus manos en el cabello de su amado y lo empujó más hacia sí mismo, buscando con desespero que no quedara espacio alguno entre ellos; lo quería, sí, realmente lo amaba y no podía soportar que le dijera cosas tan cursis y estúpidas como esas.

Pero en medio de su flamante demostración de amor, Jiang Cheng no había calculado muy bien el espacio que tenía para moverse y al jalar al hombre hacia él, el peso y la gravedad hicieron su trabajo.

Dos cuerpos cayeron al agua.

Allí se separaron cuando uno empujó al otro.

La cabeza de Lan XiChen emergió de entre un montón de lotos con una sonrisa boba en su rostro, lejos de él, el líder de la secta Jiang permanencia con medio rostro oculto en el agua.

—¿Eso es un sí? —preguntó con emoción vivida el mayor. Su cinta estaba ligeramente torcida y eso no fue ignorado por el gruñón.

Se acercó, aún oculto y con ojos fríos arrancó la cinta de la frente.

Levantó su cabeza y con una mirada orgullosa se dirigió hacia su futuro esposo.

—¿Qué otra cosa podría ser?

—¿Qué otra cosa podría ser?

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Historias familiares de un jade y un lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora