Capítulo 7

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Peter no la estaba teniendo fácil, luego de que se alla resfriado, los murciélagos no lo habían dejando de visitar y le prohibieron a Peter saliera afuera ya que aún no se había recuperado del todo. Peter suspiro pesadamente, ahora mismo tenía al maldito Damián Wayne; el chico con expresión de ‘Ala mierda todo’ en su rostro, len su departamento.

“Tt, ¿Por qué tengo que cuidarlo?” el susurro gruñón de Damián, Peter lo había escuchado bien gracias a su audición mejorada. ¿Por qué me están cuidado ellos?. Fue el pensamiento que compartían ambos.

Peter miro la ventana y recordó que tenía que cuidar (¿Alimentar?) a parches, el cual no había venido desde hace dos días, y el nunca se perdía tantos dias. Sin importar de la mirada fulminadora de Damián sobre su persona, cuando se levantó de la cama. Camino hacia la puerta, pero fue detenido por aque tenedor que pasó por su costado y se clavo en dicha puerta.

“¿A dónde crees qué vas?” Peter suspiro, estaba teniendo mucha paciencia con Damián, el niño estaba pasando por la etapa temprana de la adolescencia. Vamos, Peter tienes 15 años, puedes tener paciencia con un niño de 12. Pensó Peter mientras ponía una sonrisa y miraba a Damián.

“Estaba por ir a buscar a parches. Mí gato. El nunca se retrasa dos días” explico mientras Damián lo miraba con algo de interés a la mención de gato.

“Mmm. Bien vamos a buscar al gato” dijo Damián sin mucho agresividad. Peter se sorprendió por lo sucedido pero rápidamente puso una sonrisa.

Ambos niños salieron del departamento y comenzaron a buscar al gato, el cual no debería de estar muy lejos. Estuvieron así por unas horas, hasta que Peter encontró al dulce parches, este de veía mal, enfermo. Peter rápidamente llamo a Damián el cual sin dudarlo fue a su encontró, solo para ver aquella escena de un gatito respirado débilmente en los brazos del niño de ojos marrones, llorosos.

Damián rápidamente había cargado a Peter y comenzó a correr al veterinario más cercano (quedaba 7 cuadras del departamento de Peter). Cuando llegaron, Damián exigió que atendieran al gato, cosa que los veterinarios hicieron (no podías discutir con un chico que te miraba con muerte en sus ojos), pasaron unas horas hasta que el veterinario salió y miro a los chicos.

“Tienen suerte. El gato estará bien” con eso dicho ambos niños soltaron un suspiro de alivió.

“¿Sabe qué fue lo que le pasó?” la suave voz de Peter, hizo que le veterinario lo mirara por un momento, como si debatiera en decirle al niño que tenía frente. El veterinario suspiro y decidió decirle (después de todo Damián también quería saber).

“Fue envenenado. De seguro alguien le dio comida envenenada” Peter junto con Damián se habían quedado paralizados, la ira corría en sus venas. ¿Quién haría algo tan horrible a un lindo animal? “Por suerte el veneno fue tardío, si hubiera sido rápido, el gato hubiera muerto hace ya unos dos dias atrás”

“¿Podemos verlo?” el veterinario asíntio a la pregunta de Damián, ambos niños fueron a ver al gato que se encontraba al sedado y en acostado en la camilla metálica.

“Lo siento, Parches, debí haberte buscado antes” susurro Peter mientras acariciaba al gato y sus ojos aguados comenzaron a soltar lágrimas. Damián que estaba viendo todo desde una esquina, sintió algo de lástima al ver al niño, pero parecía que Damián quería convencerse de que era por el gato, no por Peter.

“El estará bien. Pagaré para que lo este” dijo Damián de forma involuntaria, Peter lo miro con sorpresa, pero cambia a una sonrisa (expresión) conmovedora. Damián miro hacía otro lado algo avergonzado e incómodo por la mirada.

“¡Gracias, Damián!" Agradeció Peter con una sonrisa y estaba listo para lanzarse y abrazar a Damián, pero se contuvo ya que habia notado que Damián no era muy fan del contactó afectuoso.

Arañita al cuidado de la BatfamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora