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Si gustan leerlo con música, reprodusca lo en el asterisco para que alcance la melodía xd.

•~•~•~•

Semana 3, último día en el Thousand Sunny.

Los días pasaron, pequeños roces, algunas miradas, sonrisas e sonrojos se hicieron presentes en ambos pelinegros, solo que éstos no le daban tanta importancia como los demás que estaban empezando a entender la situación. La navegante e arqueóloga no podían evitar estar felices pues su plan estaba funcionando correctamente y hoy lo terminarían, y no había nada que pudiera salir mal.

*

La noche se hizo presente; las estrellas y la luna daban todo su esplendor, todo tranquilo y despejado, la calma se hacía presente en el barco algo sumamente raro sin dudar.

La cubierta era iluminada por algunas velas, en el centro de esta se encontraba un gran banquete junto con dos sillas. Los invitados especiales aún no se hacían presentes, el músico de la banda empezó a subir hacía el nido de cuervo para ser más específicos sobre el techo de este, para esperar a los comensales.

El primero en llegar fue el mayor quién portaba unos pantalones negros junto con un sacó del mismo color y debajo de este una camisa rojo vino. Tomó asiento e espero a su acompañante, el no quería estar allí se le hacía extraño, porque sentía que ya había vivido esa escena o simplemente averla visto en otro lugar.

El omega llegó tan sólo unos segundos después, este portaba un pantalón negro con una gabardina roja y debajo una playera blanca. También tomó asiento y se sirvió, ambos jóvenes comían en silencio pero este no era incómodo más bien parecían disfrutarlo y aunque pareciera impresionante el más pequeño estaba comiendo tranquilamente como una persona normal con modales.

El músico que se encontraba sobre el nido de cuervo, al ver que ninguno de los jóvenes hablaba supo que ese era el momento de su entrada.

Y sin más tocó su melodía

El alfa estaba a punto de levantarse pero un recuerdo se instalo en su mente al escuchar la música y sin querer susurró unas palabras que llamaron la atención del omega.

──He estado leyendo libros viejos...

──Oh ¿encerio? Pues yo también. ── Y una tenue sonrisa se hizo presente.
──¿Sobre qué? ──Pregunto el mayor.

──Sobre mitos y leyendas...

──Los testamento que dictaron..

──La Luna y sus eclipses..

──Y el rey tomando

──Shishishis, sabes deberíamos de anotar esto. ──Dijo el omega para tomar algo de tinta y papel.

──Su corona antes de levantarse.

──Es increíble que se te allá ocurrido esto a ti y no a mí ¿Sabes? Creo que ésto le quedaría muy bien.

──Pero yo no soy el tipo de persona que encaja.

──Ah, como que no. ──Exclamó algo enojado el omega, como su alfa podía siquiera pensar eso. ──Te equivocas, por ti iría a cualquier lugar en este mundo.

──¿A dónde quieres ir?

El alfa pelinegro abrazo por la cintura a su amante y lo atrajó más a él. ──Mejor dicho ¿Cuánto quieres arriesgar?

──¿Cuánto quieres arriesgar?

El pequeño se quedó callado pensando en su respuesta. ──Etto... No lo sé solo estoy buscando a alguien.

Mi omega destinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora