Capítulo 1

1.6K 54 4
                                    


* Ana Pau POV *

- ¡Ya te dije que te apures, Ana Paula! - gritó mi mamá desde el fondo de las escaleras, se podía notar en su tono, que estaba algo irritada.

- ¡Ya voy, ya voy! - contesté un poco más para mi, que para ella. Realmente intentaba apurarme, pero parecía que esta mañana, no era mi mañana.

Hola a todos, soy Ana Paula Vázquez Flores o como muchos me conocen, soy Ana Pau. He practicado tiro con arco, desde que era pequeña, y en los últimos años había logrado algo de popularidad, al adjudicarme algunas medallas y títulos a nivel mundial. No quiero sonar egocéntrica, porque realmente no lo soy, pero ganar todos esos títulos y medallas, no significaban nada para mi.

Siento que los últimos 14 años de mi vida, ¡han sido excelentes! He hecho lo que más me apasiona en la vida, he viajado por el mundo y he conocido a cientos de personitas especiales, sin embargo, siento que me falta algo o, en realidad, alguien, debería admitir. Desde el mundial juvenil del 2019, ella había robado mi sonrisa, dándole justo en el blanco de mi corazón, y haciendo que se lo entregara por completo, y haciéndome sentir incompleta, sin importar donde o con quien estoy.

- ¡ANA PAULA, BAJA YA! ¡Llegaremos tarde! - volvió a gritar mi mamá, sacándome de mis pensamientos, y haciéndome correr al poder escuchar sus pasos acercándose.

- Ya te dije que ya voy. Solo dame 5 minutos - conteste en lo que, rápidamente, me metía una playera y comenzaba a guardar mis cosas en mi maleta.

- No puede ser que estes a punto de viajar a la Ciudad de México para la prueba de clasificación, y que aún no tengas tus cosas listas. - dijo mi mamá con un tono de desaprobación, pero algo acostumbrada, mientras se recargaba en el marco de la puerta.

Con mucho detenimiento, me observo de abajo hacia arriba, como buscando un indicio, algo que estuviera raro, para así poder hacer la pregunta que, desde el año pasado me ha venido haciendo cada día de mi vida.

- ¿En qué estabas pensando? - Agrego simple y sencillamente, en su rostro, no había sospecha alguna, o tal vez, podía ocultarlo muy bien.

- ¿De qué hablas? He tratado de arreglarme lo más rápido posible, pero me ha sido imposible encontrar mi otro zapato, y parece que mis AirPods han desaparecido de la faz de la tierra - dije algo exagerada y frustrada, tratándome de ocultar que mi madre tenía razón. Nuevamente, estaba pensando en ella, así como cada día de los últimos meses.

Siéndoles honesta, parece que ella se ha robado cada uno de mis pensamientos, desde aquel momento que la vi en Madrid. A pesar de que muchos pensaron que la veía como competencia, me fue imposible no verla con otros ojos. Me hizo temblar, suspirar y, sobretodo, me hizo reír. Tenía años que no sacaba mi mejor y mayor sonrisa, pero estando con ella, en frente de miles de personas observado, sentí que mi corazón vibró alto, y que no habían otras personas en la Tierra, y que solo éramos ella y yo, bailando, mi corazón no podía con tanto, y mi sonrisa, no dudó en mostrarlo.

- Ana Paula, ¿estás bien? - nuevamente, mi mamá interrumpió mi tren de pensamientos, sacándome de ellos y trayéndome de vuelta a la realidad.

- Si, si, ya te dije que estoy bien. Solo algo nerviosa por la competencia. Sabes, aquí se define mucho, e ir a los Olímpicos es algo que me llena de emoción - conteste lo más rápido que pude. Tratando de ocultar mi mentira, aunque, ir a los Olímpicos, me llenaba de emoción. Eso sería como un peldaño más, algo increíble en mi carrera, y tal vez, solo tal vez, ella estaría ahí, y me tocaría verla, frente a frente, para que ahora sea yo, quien le de justo en el blanco, y me robe su corazón.

- Como digas... te espero en el auto - Agrego mi mamá mientras salía de mi cuarto y se dirigía hacia el auto.

Como pude, guarde mis cosas en mi maleta, y me dirigí casi volando a la camioneta. No tenía ni un segundo que perder, si realmente quería ganar y tener la oportunidad de verla de nuevo.
Al correr por las escaleras, termine tropezándome en el último escalón, haciendo que todas las cosas que tenía en mis manos salieran volando por doquier.

- Tienes puntería casi perfecta, pero cero equilibrio, hermanita - dijo con un tono burlesco mi hermano, Emilio.
- Por cierto, no querrás olvidar esto - agregó mientras me entregaba una foto de Valentina que había salido volando de mi libreta, y dando una cara algo picara, el ya sabía de mis sentimientos por Valentina, no por elección mía, pero por descubrimiento propio, o debería decir, por esculcar mis cosas...

- Ya, déjame en paz Emilio, o le diré a mamá quien rompió el jarrón de la abuela, y estoy segura que eso no le va a encantar. - dije agregando una enorme sonrisa sarcástica a mi rostro, los ojos se me habían hecho tan chiquitos de tanto sonreír.

- ¡Pero si esa fuiste tú, torpe! - gritó con molestia Emilio, mientras alzaba sus manos al aire.
- ¿No lo recuerdas? - preguntó con sinceridad, sin entender la malicia detrás de mi amenaza.
- Los rompiste mientras bailabas y practicabas dentro de la casa - finalizó, esperando que yo "recordara" lo sucedido.

- Lo recuerdo bien - dije algo despreocupada.
- Pero eso, no lo sabe ella - agregué mientras salía corriendo de la casa rumbo a la camioneta, tratando de subirme antes de que Emilio pudiera hacer algo.

El camino al aeropuerto, fue algo tranquilo. Honestamente, ya me había acostumbrado a viajar, a las competencias y a las miles de miradas a mi alrededor. Lo que jamás podré acostumbrarme, es a tener que alejarme de mi familia. Con todo y como somos, nos amamos mucho y somos muy unidos, por lo que estar 2 semanas fuera, no sería cosa fácil.

Cuando menos me di cuenta, Emilio y mi mamá ya me estaban abrazando tan fuerte, que sentí que el aire no llegaba a mis pulmones. Note como las lágrimas rodaban por las mejillas de mi madre, mientras Emilio bajaba mis maletas. Al escuchar que comenzaban a anunciar mi vuelo, volvimos a despedirnos, y casi casi corriendo, me dirigí al mostrador para poder registrarme y dejar mis maletas.

Dentro de mi, sabía que esta clasificatoria, lo sería todo. De esto dependía que volviera, o no, a ver a Valentina, por lo que decidí llegar a mi sala de espera, sentarme, sacar mi iPhone y mis AirPods y escuchar algo de música, para bajar los nervios. Acto seguido, Butterflies, comenzó a sonar a través de mis audífonos, por lo que decidí ver la foto de Valentina. Sabía que sería un largo viaje.





—————————————————————————
Después de comenzar a leer, El Flechazo a tu corazón, decidí comenzar con esta historia. Después de esperar por la siguiente actualización, me escribí el capítulo. Espero les guste.

Si tienen recomendaciones de canciones, para usar durante la historia, ¡se las agradecería mucho!

Canción: Butterflies - Kacey Musgraves

Justo En El BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora