Capítulo 24

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* Ana Pau POV *

Las últimas semanas, a pesar de estar lejos de Valentina, ¡han sido increíbles! El simple hecho de pensar que soy su novia y ella es la mía, me hace sentir en las nubes. Claro, después de todo el fiasco con Lucy, ella me pidió que le diera un poco de espacio en lo que se tomaba unas vacaciones. Me dijo que no me lo tomara personal, pero que necesitaba algo de tiempo para distraerse de todo y pensar cómo manejaríamos nuestra relación.

La primer semana después de Guatemala, ella se fue a "El Rincón" un lugar hermoso en Colombia, a pesar de no estar activamente hablando, me encantaba ver las fotos e historias que subía y, obvio, reaccionar a ellas. Solo quería que mi amorcito se relajara y descansara, ya que siento que tanto ella como yo, habíamos tenido más embrollos que momentos de paz.

Aproveche esa semana para ver a algunas de mis amistades, así como para pasar tiempo con mi familia. Honestamente, pensé que las cosas seguirían algo incómodas con Emilio, por lo que decidí no decirle nada respecto a Valentina, ademas, parecía que el estaba evitándome, cosa de la cual no me quería preocupar en este momento.

Había decidido bajar a molestar a mi mamá, solo para grabarla y subirla a mis redes sociales. Parecía que a mis seguidores les caía mejor ella que yo, ya que todos siempre me preguntaban por mi mamá y adoraban su contenido. Una vez que baje a la cocina, trate de ser lo más silenciosa posible, para poder cumplir con mi cometido.

- ¡BAAAH! - grite lo más fuerte posible, mientras salía volando de mi escondite.

Mi mamá se asustó tanto, que llevo una de sus manos a su corazón, y se fue un poco para atrás.

- ¿Pero qué haces muchacha? ¿Intentas que me de un infarto o algo por el estilo? - preguntó sobresaltada, aún podía escuchar lo rápido de su respiración.

Entre carcajadas, yo le contesté que sólo estaba intentando grabar una broma para Tik Tok, a lo que me regaño y me dijo que mejor le ayudara con algunas cosas en la cocina. Una vez ayudándole, no pude dejar de pensar en Vale y en mi, en nuestra relación secreta y en el hecho de que tiene que ser así. Estoy segura que mi mamá pudo notar que algo no estaba bien conmigo, ya que se acercó a mi, y comenzó a examinar mi rostro.

- ¿Qué te pasa? - preguntó directamente y sin rodeos.

- ¿A qué te refieres ma? - repliqué, intentando fingir demencia, pero se que mi rostro me delataba.

- Ana Paula, soy tu madre. No creas que me verás la cara de tonta, mejor dime que te pasa. - contestó, muy seria y era aparente que no aceptaría ninguna de mis respuestas patéticas, mucho menos una mentira.

- Ma, ¿qué piensas del amor? - pregunté sin saber por qué habían salido esas palabras de mi boca.

- ¡Oh, mi niña pequeñita esta enamorada! ¿Quién es el galán? ¿Algún deportista famoso? - preguntó en lo que me echaba una mirada muy pícara, sabía que mi mamá había podido notar un cambio en mi, era más que evidente que estaba enamorada, pero no había ningún galán.

- Mamá... - comencé pero me sentí incapaz de decir algo más. Estoy segura que mi cara se había puesto pálida o algo por el estilo, ya que al ver el rostro de mi mamá, podía saber que algo no estaba bien.

- Ana, ¿qué pasa? Me preocupas - fue lo siguiente que la escuche decir, pero no sabía si debía o no confiarle en este momento el gran secreto que estaba guardando.

Al quedarme sin palabras, mi mamá volvió a preguntarme que pasaba. Sabía que se estaba impacientando y, probablemente, pensando lo peor. Solo quería que me tragara la Tierra.

- ¿y si no hay ningún galán? - pregunté a mi madre mientras cerraba los ojos y me preparaba para escuchar el tremendo regaño y sermón que vendría de su parte. No estaba lista para ver su cara de desaprobación.

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