二十四; 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼

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—Tienen sus trajes ¿verdad? —Aizawa se encontraba particularmente cansado, producto de los tratamientos médicos que había estado llevando con Chiyo. Funcionaba bastante bien, pues llevaba vendado únicamente sus dos muñecas— Recuerden que no deben usarlos en público. No vayan a perderlos.

—¡Si! —Mina alzaba su maletín, emocionada.

Aizawa hizo una mueca. Soyin probablemente se hubiera burlado, de no ser porque se encontraba sumida en pensamientos, detalle que Eraser notó. —¡Habla bien! Es: "Si, señor"

—Si, señor —la emoción de la chica se redujo mientras corregía.

—Cuiden sus modales frente a los héroes de sus agencias. Adelante.

Tras una afirmación unísona, todos los estudiantes se dirigieron a sus caminos, en la espera de sus transportes. Soyin volvió en sí cuando esto sucedió; frunció su ceño y sobo las sienes de su cabeza.

—Oye —Aizawa llamó su atención—, llevas días distraída y eso parece afectar tu rendimiento. Si tienes algún problema, solucionalo si no quieres que entorpezca tu trabajo.

—Que alentador —murmuró entre dientes.

—Todos estarán en sus pasantías y se encontrarán vigilados todo el tiempo —Eraser había decidido ignorar la pésima actitud que había tomado Soyin esos días—. Eres libre de descansar.

La shinobi se quiso burlar con ironía.

No había dormido correctamente desde el Festival deportivo, pues la conversación que tuvo con Hawks en su agencia, la mantuvo inquieta. Solo con recordar las palabras de Keigo, hacían que su piel se erice y su sistema de alerta se active.

La situación escaló a tal grado que Makima Akiyama, la encargada de su caso, tuvo que involucrarse.

«Cuando tú llegaste, los campos magnéticos de la tierra se alteraron a tal nivel que el norte apuntaba a tus coordenadas (...), una semana después, algo irrumpió de la misma manera, en una isla no muy lejana de aquí.»

Soyin partió casi de inmediato, tomándole una noche entera llegar a la isla e inspeccionarla. Sin embargo, no encontró a nadie; lo inquietante, es que había rastro de un chakra. Uno bastante poderoso.

Y poderoso no siempre significaba bueno.

El resto de los días se dedicaba a hacer patrullaje nocturno, con la esperanza de encontrar al nuevo infiltrado, sin tener éxito alguno. Es como si se hubiera esfumado.

Akiyama puso de su parte, desplazando a un equipo por las zonas más cercanas. Las indicaciones eran sencillas; si encontraban a alguien, retenerlo y evitar enfrentamiento. Después, tendrían que informar de la situación a Soyin, quien era la más capacitada para enfrentar una posible amenaza de ese grado. No por nada, eran del mismo mundo.

𝐖𝐀𝐑𝐙𝐎𝐍𝐄 | ʙɴʜᴀ x ɴᴀʀᴜᴛᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora