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Ayer después de la audición solo quise dormir, y dormir un poco más. En resumen, me acosté en mi cama sobre las siete de la tarde y me acabo de despertar a las diez de la mañana y no sé ni en qué día vivo. Me levanto de mi cama y voy al lavabo. Me doy una larga ducha y después de vestirme, bajé a ver qué podía desayunar.

- ¡Mira papá alguien ha decidido honrarnos con su presencia! – la voz de Dylan me recibe en la cocina.

- Buenos días, cariño. – la voz de papá suena mucho más amable.

- Buenos días. – digo sonriente.

- ¡Hay tortitas! – me dice Dylan mientras se lame los labios.

- ¿las has hecho tú? - le pregunto a mi padre.

- Sí- le miro extrañada. – Hoy es un día especial.

- ¿Por? - pregunto de nuevo. Miro a Dylan por sí él sabe algo, pero está demasiado concentrado en acabar con todas las tortitas.

- Mason te llamará.

- Papá!!- me quejo

- Come tortitas antes de que tú hermano acabe con todas. - me dice para que me calle. ¿Me habrán dado el papel? ¿Es por eso que papá esta tan feliz como para hacer tortitas? ¿Le habrán dado el papel de protagonista a Jade? Quiero trabajar con ella.

- He quedado con los chicos ¿te vienes? - la voz de Dylan me saca de mis pensamientos.

- Sí, claro. - digo levantándome

- Bella, vuelve a sentarte. - Mi padre me habla serio. – No has comido nada. Come algo y después te vas.

- Papá estoy bien, no tengo hambre. - digo saliendo.

- ¡Bella!

- ¡Qué no pasa nada!

- Bella, come algo, no pasa nada tenemos tiempo. Te espero- suelto un gruñido y vuelvo a la cocina.

- Gracias Dylan – le dice mi padre y el hace un gesto como si fuera un soldado.

- Sigo estando aquí. – digo agitando mis brazos.

- Me parece bien. – dice mi padre. - ¿Qué es lo último que tomaste antes de estas tortitas?

-Un café.

- Pero ahora no has tomado café... - la voz de Dylan se va parando lentamente.

- ¡¿No has comido nada desde ayer?! – yo miro a papá, sabiendo lo que va a decir. – Dime todo lo que comiste ayer.

- Ya lo he dicho me tomé un café. – digo paciente. - Estaba con Jonah, puedes preguntarle. – Ahora le hablo a Dylan.

- ¿Solo tomaste un café en todo el día? – yo asiento a la pregunta de mi hermano mientras me meto un trozo de tortita en la boca. - ¡Bella! ¿a qué hora fue?

- No lo sé – él coge su móvil rápidamente y empieza a escribir algo. -¿qué haces?

- Preguntar a Jonah. – dice nervioso.

- Bella ya hemos hablado de esto, no quiero controlarte tanto la comida como lo hacia tu madre, pero tú tienes que poner de tú parte. No puede volver a pasar aquello.

- Papá solo ha sido un día.

- Bella, aunque sea un día me preocupa.

- ¡A la una! Bella el café fue a la una.

- ¿Y? el café siempre es bien venido. – los dos me miran y pienso que está a punto de salirles humo por las orejas.

Después de cuatro tortitas me han dejado irme y subirme al coche de Dylan. ¿El problema? Ahora Dylan ha vuelto a su modo híper ultra protector. Odio esto. No hablo en todo el trayecto a casa de Jonah y Corbyn, Dylan tampoco, aunque sé que se está muriendo por hacerlo. Cuándo por fin llegamos, bajo rápidamente del coche y voy hacía la puerta Dylan me alcanza y nos abren la puerta. Saludamos a Eben, quien nos ha abierto la puerta.

Roses [Darlings 1] (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora