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Sus párpados pesaban, su garganta ardía como aquellas veces que los látigos rozaban y se clavaban en su morena piel, podía sentir sus ojos hinchados y ardientes por el cansancio, pudo sentir como las gotas de sudor descendían por su espalda empapando su pequeña blusa azul de tirantes exponiendo su nerviosismo y evidenciando cada vez su miedo.

Abrió sus ojos con un enorme esfuerzo parpadeando un par de veces en el proceso tratando de acostumbrarse a la luz emitida por el pequeño foco encargado de iluminar la habitación. Limpio su rostro con la parte delantera de su blusa quitando los rastros de sudor que comenzaban a formarse para empezar a descender.

Dio una gran bocanada de aire tratando de controlar su agitada respiración, sacudió su cabeza un par de veces tratando de acomodar sus pensamientos y alejar aquellos recuerdos que lo atormentaban día y noche desde que salió de aquel infierno que era gobernado por aquellas personas, no, ¿Diablos? ¿Pesadillas? Cualquier palabra relacionada con la maldad combinaba con ellos.

Con lentitud se incorporó sentándose en la suave cama que lo estaba acobijando, estiro su brazos y piernas en busca de le tronaran para finalmente levantarse. Observo con detalle aquella habitación, muy rustica a decir verdad, solamente eran las paredes de madera con su color natural barnizada para evitar el deterioro que no contenían ningún tipo de diseño como las de aquellas enormes casas que presumían los más finos tapices con los más exuberantes colores y diseños.

Lo único que rescataba de la habitación era el enorme y bonito escritorio, era de color natural como el resto de la habitación, un poco chico a decir verdad y el diseño que poseía era inspirador, pájaros volando mientras plumas descendían por su camino, tenía tanto detalle que sin dudarlo un segundo más lo toco con delicadeza.

- Veo que te gusta el diseño –Escucho como alguien hablaba detrás de él, se dio la vuelta encontrándose con aquel ciborg que le daba un trago a su bebida- ¿Te gusta? Lo he hecho yo mismo –dijo con orgullo mientras alejaba la botella medio vacía de su boca-

- Es muy interesante, si me gusta, no es como las que he visto, este tiene muchos detalles –dijo analizando más de cerca el diseño-

- Claro, después de todo yo lo he hecho ¡Soy el Súper carpintero!

Soltó una pequeña sonrisa al ver como aquel hombre adulto formaba una extraña pose juntando sus dos brazos y separando sus piernas.

- Veo que ya te despertaste -dijo Chopper entrando a la habitación acercándose a su asiento frente al escritorio- ¿Cómo te sientes? -preguntó dándole una mirada al Ciborg dándole a entender que se retirara-

- Bien -dijo sentándose en la cama escuchado como la puerta era cerrada lo más silencioso posible-

- Eso es bueno -comentó anotándolo en unas de las hojas que eran el expediente clínico del menor- ¿Te ha pasado antes? -preguntó volteando a mirar al menor viendo con detalle como un signo de interrogación se formaba arriba de la cabeza del chiquillo- Me refiero a que si te has desmallado cuando te levantas

- Afirmo con la cabeza- sí, no es muy seguido -respondió-

- ¿Te mareas antes? Vista borrosa, nauseas ¿Algún síntoma en especial que percibas?

- Mareo y...... vista borrosa

- Asintió con la cabeza anotándolo en las hojas- ¿Sufres constantemente de pesadillas? O en otro caso ¿Malos recuerdos?

- Con duda afirmo con la cabeza ¿Por qué le preguntaba todo eso? –

- ¿Te gustaría contarme? –pregunto gentilmente mientras se giraba a mirarlo-

- Sintió como su rostro palidecía y como aquellas gotas de sudor que hasta hace un rato había retirado sobre su frente volvían a brotar amenazantes por descender- ........

La niñez nunca habladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora