La niñez nunca hablada

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- Terminé –anunció Luffy entrando por la puerta de la cocina ganándose las miradas curiosas de la tripulación-

- Bien Luffy, si quieres ya puedes ir a dormir ¿De acuerdo? –dijo Chopper mientras soltaba una sonrisa cálida-

- Sin decir nada camino en dirección al espadachín tomándolo de la mano para fijar su mirada en los ojos del peliverde-

Sin que ninguno de los dos dijese una sola palabra más que el contacto visual, Zoro asintió con la cabeza levantándose de su asiento sujetando cuidadosamente la mano del pequeño y comenzar a caminar a la salida para así dirigirse a la habitación.

- Vaya que si comunican por telepatía –dijo Usopp cruzándose de los brazos- quisiera tener esa habilidad

- No creo que sea telepatía –comentó Robin soltando una risa disimulada- ellos son buenos leyendo expresiones, eso es todo

- Ya veo

- Bien –hablo Chopper levantándose de su asiento y caminar hacia la salida del comedor- iré a evaluar su escrito –dijo saliendo de la habitación y dirigirse a su consultorio-

Chopper dio un pesado suspiro una vez estando frente aquel cuaderno de rayas evidentemente un poco maltratado debido a su uso excesivo.

- Terminemos esto de una vez –comentó para sí mismo abriendo la libreta con cuidado-

Eso era demasiado, más de lo que él había imaginado que el menor haría, con cuidado de no rasgar las hojas a pesar de que las primeras páginas estaban completamente impecables, pulso neutro, letra completamente legible y ortografía sorprendentemente perfecta ¿Qué estaba pasando? ¿Su capitán había escrito todo eso? ¿Desde cuándo su caligrafía era perfecta, con su ortografía y redacción?

Continúo hojeando un poco más viendo como las hojas se iban tornando arrugadas y algunas tenían pequeñas gotas de agua y tinta corrida, vio como lentamente la letra iba perdiendo pulso, como la caligrafía comenzaba a deformarse y como había intentado tapar con rayones oraciones completas sin éxito.

Dio una gran bocanada de aire tomando las fuerzas que necesitaba para comenzar a leer.

El asco, las náuseas, el horror y el miedo se habían apoderado del pequeño cuerpo, cada palabra, cada línea, cada párrafo, cada página era un mar de emociones repugnantes, pudo sentir como su estómago se revolvía y aquella sustancia acida amenazaba por salir.

¿Qué era eso escrito sobre la libreta?

¿Todo eso... era cierto?

Cerró los ojos negando con la cabeza tratando de alejar aquellas desagradables sensaciones, se supone que él era un profesional, justo ahora era el medico de su capitán, tenía que tener la cabeza fría y poder dar un diagnóstico exacto para proceder con el tratamiento.

Con eso mente tomo una hoja de papel transcribiendo aquellos párrafos de los cuales fueran de mayor a menor importancia, mientras que con un color subrayaba aquellas oraciones o palabras que le explicaran sobre el comportamiento y actitud infantil de su capitán antes de llegar aquella isla.

- Empecemos con esto –se dijo así mismo con determinación-