El sonido de las olas del mar chocando contra las desgastadas paredes de madera de aquel barril en dónde se encontraba era lo único que podía escuchar... De hecho, ese era el único sonido que Luffy había escuchado desde hace unas horas.
Luffy no iba a mentirse a si mismo... Tenía miedo. Miedo de morir olvidado, justo cuando había encontrado a personas que le agradaban, justo cuando creía a ver encontrado un lugar a donde pertenecer, justo cuando finalmente creía que podía ser libre... Iba a morir, no importa por dónde lo pensará o razonara, ese era el inevitable resultado.
Si ese era su destino ¿Quién era Luffy para impedirlo? Si lo pensaba bien, prefería morir de hambre y abandonado en aquel barril que morir a manos de aquellos demonios en forma de personas.
La verdad, es que Luffy sabía de sobra que si nunca hubiera ocurrido lo de aquel incendio en dónde tuvo la oportunidad de escapar, el habría tomado la vía fácil. Había visto un sin fin de veces como sus vecinos de cuarto lo hacían, había memorizado cada movimiento, cada tip y cada ángulo para imitarlo a la perfección. Solo le faltaba intentarlo con su propia cadena.
Cierra sus puños con fuerza... Con impotencia, eso es lo único que puede sentir en su cuerpo, mucha impotencia. Porque a pesar de saber cómo terminar con aquella miseria muy rápido, no puede, sus brazos tiemblan cada vez que intenta abrir el barril para asomarse y dejarse hundir como una roca en el inmenso mar.
Luffy sabe que eso es muy cobarde de su parte, o al menos es lo que recuerda de aquel libro que recitó cuando lo obligaron a ampliar su lenguaje. Pero eso a él nunca le ha importado...
Luffy solo quiere ser libre. Libre como nunca nadie lo ha sido.
Ace está al borde del llanto y su hermano Sabo está en su punto de quiebre, la tripulación de Luffy no está mejor, puede ver cómo la mayoría juegan con sus manos con nerviosismo, como caminando de un punto a otro tratando de esclarecer su mente y poder dar una idea para al problema. Incluso puede observar como Robin pasa las páginas de su libro sin ni siquiera a verlo leído.
Ace coloca sus dedos sobre sus ojos en un acto de reprimir sus lágrimas, lo logra, sabe que no es el momento, y no es su turno, puede ver cómo unas pequeñas y disimuladas lágrimas salen de los ojos de su hermano rubio, una pulsada inunda su pecho, una llamada que despierta sus instintos, sabe que es el momento de que él tome las riendas de la situación.
Toma su mochila y la coloca sobre sus hombro, Ace sabe que su hermano rubio lo sigue con la mirada, pero no lo detiene, camina hacia la parte trasera del Sunny en dónde su Striker flota con tranquilidad.
- ¿A dónde vas, Ace? –pregunta Chopper quien había dejado de caminar en círculos para mirarlo–
Se gira, Ace no puede ignorar a aquel tierno reno que según las palabras de su propio hermanito, lo ha salvado infinidad de veces de morir. Lo cual merece una respuesta.
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La niñez nunca hablada
Fiksi PenggemarAU (Ambientada en el universo original, pero con el pasado del capitán completamente diferente) Solo lo perdimos de vista unas horas una vez llegando a la isla, solamente unas simples horas, ¡Como terminó nuestro capitán como un niño de 5 años! Ini...