Capítulo 14: Bloqueado

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Teo Starlight

Descubrir que Oliver es un brujo realmente me tomó por sorpresa. Sé que es injusto que me enfade porque me mintió cuando yo también lo hago. Pero no lo puedo evitar.

Todo iba tan bien entre nosotros y tenía que ser un brujo y arruinarlo todo. Me pregunto sí el fuera humano haría las cosas distintas. Porque él me agrada y es simpático, no creo que eso vaya a cambiar ahora que sé la verdad.

Nada va a cambiar, debo de estarme ahogando en un vaso de agua. Lo mejor es que yo también le diga la verdad sobre mí. Se sentirá bien ser honesto con alguien y dejar de mentir, de seguro él me podrá entender. Además, después de lo que paso con esos sujetos del callejón ya debe de sospechar algo.

Lo mejor será hacerlo en la mañana ya que de seguro ya se encuentra durmiendo.

Tengo toda la noche libre y ningún plan. Esto del tiempo libre fue genial al principio, pero ahora se me acabaron las cosas que hacer. Debo de encontrar un pasatiempo para dejar de aburrirme tanto.

Salgo de mi habitación y veo que Cyndi dejo unos de sus libros en la mesa del comedor. No tengo nada mejor que hacer así que comienzo a leerlos. Resulta que la psicología es bastante interesante. Puede que aprender sea mi nuevo pasatiempo.

El tiempo pasa volando mientras leo los libros y apuntes de Cyndi. No me doy cuenta de que ya es de día hasta que la escucho entrar.

—¿Qué haces con mis cosas? —me pregunta con mucho sueño y pereza en su voz

—Solo les daba un vistazo. —le respondo y los dejo de lado

—No entiendo como tú puedes lucir tan feliz por la mañana, yo no funciono bien hasta que haya café en mi sistema. —me dice acompañado de un bostezo

El sueño de los humanos es muy curioso. Me ha llamado la atención desde que vi a Sneider dormir por primera vez. Me pregunto cómo es soñar, debe de ser divertido. Ojalá los ángeles también durmiéramos.

Tengo algo de tiempo libre así que decido hacer algo que no he hecho en un tiempo por ayudar a Ronny en su noviazgo falso.

Cuando Cyndi se va, yo extiendo mis alas y salgo del edificio volando. Claro que no quiero que alguien me vea, así que me vuelvo invisible.

Volar siempre me produce esta sensación de libertad. Sentir el aire pasar a través de mis alas y golpear mi rostro, es gratificante. Estar bajo la brillante luz del sol absorbiéndola, es una sensación única, me vuelvo uno con la estrella.

Llego a un bosque que se encuentra muy aislado de la ciudad. Comienzo por sobrevolarlo y no veo a nadie, está desolado.

Bajo al bosque. Hace mucho que no entreno, quise alejarme lo más posible de mis viejos hábitos. Sin embargo, el otro día con esos vándalos recordé lo mucho que me gusta. Parece que me parezco más a mí padre de lo que me gustaría. Sigue asustando un poco lo mucho que me gustó, aunque es como una droga; muy adictivo.

Sin pensarlo mucho saco mis dagas serafín y comienzo a practicar con ellas. Las dagas son lo único que me queda de mi antigua vida. Son la única cosa que tengo de mi padre. Trato de no ser sentimental, pero realmente lo extraño. Puede que no haya sido el mejor padre, no obstante, sigue siendo mi padre y lo amo.

Al recordarlo mi vista se vuelve borrosa y siento como una gota de agua salada sale de mi ojo. La recojo y es una lágrima. Jamás había llorado y es una sensación muy extraña.

Me limpio la cara y continúo entrenando. También practico con mis poderes. Porque luego de lo que sucedió en el callejón, recordé algo: siempre hay que estar listos para la batalla. Creí que aquí en la tierra nunca sería necesario luchar, parece que estaba equivocado y que hay violencia en todos los mundos.

Escapando del paraísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora