Capítulo 19: Una vida sin él

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Oliver Cook

Solo lo vi irse. Se fue como si nada, como si yo no fuera nada. Yo lo amo, tarde algo en darme cuenta, pero lo hago. Para mí él lo es todo y para él solo soy un brujo con el que tuvo una aventura.

No sé cuánto tiempo me quede allí arriba viendo al cielo esperando que regresara. La noche llegó y el frío me recuerda que estoy vivo. A paso lento inicio el regreso a mi dormitorio.

El destino me sonríe y Ronny no está, es una suerte porque realmente no quiero ver ni hablar con nadie.

Me arrojo con pesadez en la cama y me acurruco entre mis almohadas. El llanto me invade y mis ojos se convierten en fuentes de lágrimas. Con cada gota que sale de mi ojo recuerdo ese vacío que se siente en el pecho cuando rompen tu corazón. Mi corazón llora conmigo, se hace un nudo cada vez que recuerdo cómo se fue. Mi alma me acompaña en mi melancolía, porque a ella también la abandonaron, su alma gemela también se fue.

Ahora los recuerdos del moreno solo me producen tristeza. Solo me generan lágrimas, ninguna otra cosa. Se siente como que la tristeza es el único sentimiento que hay. La última vez que estuve feliz se mira tan lejana que ya olvidé lo que siente. Ahora solo soy una gran bola de tristeza.

Mi corazón fue roto por segunda vez, de nuevo me dejan sin darme una oportunidad de probar mi valor.

Quiero culpar a Sofia por obligarme a ir a la azotea, quiero odiar a Megan por tener esa visión. Sin embargo, el único culpable soy yo; deje que el miedo me consumiera, deje que la cobardía gobernara mis acciones, permití que el temor me controlara. Ahora pago el precio con este dolor que parece que no cesará.

Merezco todo lo que estoy sintiendo y más, puede que parezca masoquista, pero realmente siento que merezco sufrir por haber sido cobarde. Tuve al chico más increíble del mundo y lo dejé ir, tarde mucho en darme cuenta, no supe valorarlo. Luego fue demasiado tarde.

No lo culpo porque él no esperara por siempre. Él es demasiado especial para esperar que un tonto como yo acepte sus sentimientos, no tiene tiempo que perder con alguien que levanta barreras. Teo merece a alguien mejor.

Me quede dormido en medio de mi miseria y autocompasión.

***

Al despertar no tengo ganas de hacer nada. Sin embargo, me visto y voy a clases.

No escucho ni presto atención a nada. Solo puedo pensar en Teo, en lo que dejé ir. Nunca encontrare a alguien como él, Teo es único en su clase. Y como no serlo, si después de todo es un ángel.

Ni siquiera tuve tiempo para procesarlo porque lo arrebataron de mí. Bueno, más bien yo lo aleje, yo permití que se fuera.

La voz de Sofia me saca de mis pensamientos.

—Oye la clase ya termino. —me informa. Yo asiento lentamente y me pongo de pies, ella me ayuda pasándome mis cosas

Camina y yo la sigo como un robot sin darme cuenta de adónde vamos. Me siento y veo a mi alrededor, no estamos en un salón de clases, estamos afuera en una banca.

—¿Qué hacemos aquí? —le pregunto

—Bueno supongo que por tu cara las cosas no salieron bien con tu chico. —coloca sus manos sobre las mías — Si necesitas hablar estoy aquí.

—Se fue. — le informo —Llegó su padre y se lo llevó. Al parecer no valgo la pena, no soy suficiente para hacer que se quede.

Le cuento y se siente tan raro porque hace mucho, realmente mucho tiempo, que no me abro con nadie de esa forma.

Escapando del paraísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora