Una semana dedicada a nuestra bello shipp RayAnna |Tpn|
Actualizaciones desde el 4 de Agosto hasta el 10 del mismo mes.
Un día, una celebración más para darle mucho amor a esta hermosa pareja ♡
ღSon como la noche y el día, el frío y calor, odio y a...
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En un lugar arboleado algo apartado de la civilización humana, Ray sufría una terrible depresión en un momento de crisis queriendose morir, si no la encontraban pasarían otro año sin Emma.
Sin noticias de su paradero sus esperanzas bajaban tenían poco tiempo de haber llegado al mundo humano gracias a ella y no pudo disfrutar de su triunfo, con ellos se sentía impotente e inútil.
No le quedaba de otra que cerrar sus puños y apretar con fuerza sus nudillos pensando en las mil maneras que podría haber evitado esa tragedia.
Ligeras gotas de lluvia caían por las calles del mundo humano humedeciendo un poco su cabello negro permaneciendo en su misma pocisión poco podría importarle si se mojaba o no, con la mirada gacha perdida en el suelo, no notó que alguien se acercaba a el con un paraguas.
— Ray si te sigues mojando te resfriaras, ten.— Le extendió la mano para entregarle el objeto.— Regresemos a casa.
— No, gracias Anna.— Con su mano le da un pequeño empujón al puño contrario rechazando el objeto.—Me quedaré un rato más.
— Si es así entonces yo tambien.— Sonrió y paso a un lado de él yendo a sentarse debajo de un árbol que evitaba un poco la lluvia, sin necesidad de usar el paraguas.
— Entiende que no puedes quedarte te podrías enfermar.
—No me iré sin ti.— Refutó.
— Si te enfermas estando a mi lado Nat no dejara de culparme.
— No me enfermo tan facil.
Ray alzo una ceja sin creerle.
— Esta bien, tal vez...Si me suelo enfermar...
— ¿Tal vez?
— No me enfermo tan seguido...
— ¿Te recuerdo que tu y Norman es tan en empate? En lo unico que le ganas es en recuperarte más rápido que él.
El azabache fue hacia Anna y se sentó a su lado, quedando en silencio.
Pasaron unos cuantos minutos observando y escuchando los golpeteos de la lluvia por el cesped.
Era un momento de tranquilidad, como él queria, momento que fué interrumpido por la rubia.
— Ya entiendo del por que vienes aqui, es tan tranquilo y relajador.
— Si...— El joven quedo con la mirada apuntando en la nada, para que despues reaccionara algo extrañado. — ¿Como sabias donde estaba? A nadie le he mencionado de este lugar.
