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Hopie suspiró, nervioso, acomodando sus cabello lo mejor que podía estando en pijama un sábado por la mañana. Observó el borde del espejo del baño y luego en el su reflejo, mostrando un poco de sus ojeras por no haber dormido lo suficiente. Estaba demasiado ansioso y por ello mordió su labio inferior, dándose la libertad de lloriquear en voz alta ya que su madre había ido a trabajar y estaba solo.

Tenía algo muy importante que decir y eso incluso no lo había dejado dormir, ¡pero quería decirlo tan pronto, y él era tan impaciente a veces!

De repente sintió que el timbre de su casa sonó y sus ojos se volvieron dos platos de tanto que los abrió con su expresión de sorpresa. Mordió su pulgar por una milésima de segundo y sintió eso de nuevo, ¿es que las mariposas no se cansaban de hacerle recordar ese algo que tenía por anunciar?

Suspiró, escondiendo las manos en la sudadera color amarillo pastel, apagando la luz del baño y casi corriendo hacia la puerta, sin aire en los pulmones, con los músculos metafóricamente entumecidos y la pancita hecha un nudo de cosquillas.

Allí estaba él con sus ojos entrecerrados (posiblemente debido al sueño), sus cabellos rubios estaban dispersos por la fría brisa mañanera y la chaqueta de cuero negro hizo que su pálida piel resaltara como la porcelana, blanca, lechosa, pidiendo tornarse de color carmesí (¡Hobi se moría por besar sus mejillas hasta quedaran todas rojitas!)

— Viniste —saludó con una sonrisa, haciéndose a un lado—, yo realmente lamento hacerte despertar tan temprano en tu día libre...

— Si es por ti, no importa —respondió Yoongi con la voz ronca y manos en bolsillos, encaminándose hacia el interior del hogar, volteándose para mirar al menor—, si puedo verte a ti entonces no necesitaré dormir ni siquiera un poco.

Hoseok se sonrojó y por ello tragó saliva, cerrando la puerta en silencio mientras sentió que se le saldría una que otra mariposa del estómago, él no recordaba sentirse así hace mucho.

— B-bueno...

— ¿Y qué es lo que ibas a decirme, Hobi? —inquirió Min con curiosidad, sentándose en el sofá, divisando a Hoseok hacer lo mismo tímidamente, ¡podía jurar que moriría de amor tan solo con verlo! Sus labios estaban tan rojos y sus mejillas parecían dos pequeñas manzanas, quería comérselo a besos.

— Me di cuenta de algo —Hobi levantó la vista, con ello sus cabellos suaves se movieron por una milésima de segundo—, y... Creo que necesito decírtelo porque no pude dejar de pensarlo toda la noche.

— Ya veo, entonces te roba el sueño, ¿no es así?

— Ajá —afirmó—, verás... —Dios, ¡en su mente era más fácil decirlo! —pásame tu manito.

— ¿Mi mano?

— Tu manito.

Yoongi frunció el ceño y los labios, estirando su brazo hacia el frente, sintió que se le fue el aire cuando el pelirrosa la tomó entre las suyas, tan delicadas con el color rosa en ellas.

— Mh, ¿y ahora?

— Ahora... Siente esto —Hoseok suspiró con las orejitas rojas de la vergüenza, pero no tardó en colocar la mano de Min sobre su pecho, específicamente en su corazón. Allí estaban los falanges del pálido, sintiendo más allá de la ropa y la piel.

— Tu corazón —Yoongi sonrió—, late rápido.

— Lo provocas tú —Hopie miró los ojos felinos con una sonrisa avergonzada, sentía todo el rostro caliente y las mariposas en su pancita parecían no tener fin.

Yoongi sonrió aún más, hasta el punto de mostrar sus encías porque simplemente no podía ser capaz de reprimir todas las sensaciones que Hoseok hacía crecer en él, sonreía porque había un corazón bajo su mano y latía con insistencia, ¡era el corazón de esa pequeña fresita que le robaba suspiros! Estaba seguro de que moriría en cualquier momento de lo mucho que comenzaba a quererlo.

— Me gustas —continuó hablando Hoseok, bajando la mirada hacia la suave alfombra bajo sus pies, sintiendo las orejas calientes y el estómago retorcerse debido a los nervios de dar tal confesión—, no sé lo que tienes, pero últimamente solo espero a poder verte para contarte todo lo que me ha estado pasando. No puedo dejar de pensarte.

Yoongi le buscó con la mirada, atónito, tragando saliva lentamente a la vez que suspiraba. Hoseok lucía distinto, es decir, se veía sumamente adorable con el rostro enrojecido y esa cursi acción de hacer que coloque su mano en el pecho suyo, no obstante, veía en el brillo de sus ojos algo que no sabía cómo describir, notaba en sus expresiones un algo que le estaba volviendo loco, tanto así que sentía que su corazón iba a salir en cualquier momento.

Así que así se siente querer a alguien de verdad, ¿no?

— Hobi...

— Lamento decírtelo tan de la nada, pero este último tiempo te has vuelto tan importante —Hopie bufó por lo bajo, con algo de miedo de no ser correspondido. Ahora sacó la mano de Min y la tomó entre las suyas, los dedos del pálido eran levemente más largos que los suyos, y así también más masculinas, eso le hizo suspirar internamente—. Así que solo quería que lo supieras, no es necesario que...-

Un beso.

Hoseok abrió sus ojos con fuerza para corroborar que no era un sueño, pero notó y sintió a Yoongi ahí, tomando sus mejillas entre sus falanges, uniendo sus labios en un ósculo que lo llevó al cielo, incluso si no fue más que una pequeña presión, sin embargo, reaccionó y se dejó llevar unos momentos por aquella sensación tan sublime, llevando sus propias manos a la espalda baja de Yoongi con la intención de palpar un poco entre sus dedos para realmente creer que todo era real, que él existía.

Min jamás sabría que ese fue su primer beso.

— También me gustas, Hobi —se miraron a los ojos tomando algo de aire luego de unos segundos, la diestra de Yoongi tomando el mentón del más alto para hacer que le vea a los ojos—, y creo que siempre fue muy obvio desde que te vi comprando esa falda en la tienda, llamaste tanto mi atención y notar que ahora estamos así... Me hace sentir feliz.

Hoseok sonrió, Yoongi le imitó.

— Tengamos una cita, Yoon.

— Estaría encantado, príncipe.

. . .

— ¡Yoongi, despierta de una vez!

El aludido apretó sus ojos sobre su cama y se tapó el rostro, aunque debido a los gritos de una voz femenina no pudo seguir con sus horas de sueño. Bufó, ¡el odiaba que lo despertaran! Y a la única persona que le soportaba eso era a Hoseok (un caso muy distinto a esa mujer que estaba hablándole por alguna razón). Gruñó, abrió los ojos, sacó sus manos de su rostro, miró la ventana (el sol dando su aparición a las seis de la mapana), miró la pared, luego la ventana otra vez y...

¡¿Qué hacía una mujer semidesnuda encima de su cuerpo?!

— ¿Por qué me miras así? —la chica hizo un puchero, sentándose en sus piernas, Min entró en pánico—, ¿acaso no recuerdas lo bien que la pasábamos los dos? Déjame complacerte.

Verdad, había ido a dormir a la casa de su madre y aquella extraña vecina de su infancia se escabullía por su ventana cada vez que lo hacía, estaba en serios problemas.

— No estoy interesado, sal de acá, podría denunciarte por entrar a mi casa sin permiso —anunció sin remordimiento, tirando delicadamente el cuerpo ajeno hacia un lado con tal de no hacerle daño—, y por favor ponte ropa, no vamos a tener sexo.

— Pero Yoongi... —la chica ahora notó el celular en la mesa de noche que estaba a un lado, este se encendió y la foto de perfil de un chico pelirosa y mensajes de buenos días daban aparición. Tomó el aparato entre sus manos—, ¿y este quién es?

Dios... ¿Es que acaso Yoongi no podía tener siquiera un día en paz?

— Es el chico que me gus...-

— ¡¿Te gusta un chico?!

— Ajá —Yoongi se sentó al borde de la cama, ahora notó que la castaña le miraba de forma extraña—, ¿por qué me miras así? —la mujer chilló—, ¿Soojin...?

— ¡Me gustan tanto las parejas homosexuales! Tengo tantos mangas de historias bl, tanta diversidad, tanto cariño, ¡los hombres juntos son tan adorables!

Ah, cierto, Soojin era una fanática de las historias "boys love".

Me salvé de una muy grande, pensó.

suavecito | yg + hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora