Prólogo

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Yoongi top / Hoseok bottom / exceso de cliché / fluff /Hoseok femenino y soft / nada de drama / 10 capítulos / formato chat + narraciones / Hobi y Yoon enamorándose en diez caps

(lean si prefieren, pero odio esta historia y quedan advertidos de eso, el contenido es extremadamente cursi)

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Hoseok peinó sus rosados cabellos que iban a juego con la sudadera que traía puesta y miró a los lados, específicamente a las personas que pasaban ocupadas en sus quehaceres en el día de frío y helado invierno. Tragó saliva e inquisitivamente examinó a lo lejos la sección que decía en un letrero grande y claro "Ropa Femenina". Ropa femenina, repitió en su mente de manera lenta, mordiendo la punta de su dedo pulgar con nerviosismo. Su vista indagó en todo lo presente y pudo jurar que se enamoró de aquella falda a tablas que estaba a sólo unos metros de él, era de tonos violetas y tenía en medio de cada tablón líneas con brillos que fácilmente podrían llamar un poco la atención de quien la viera. Una que otra chica se encontraba en esa sección y se sintió realmente mal por pensar en usar algo para chicas como le había dicho su padre antes de abandonarle. El pelirosa suspiró por milésima vez en esa tarde y se animó a caminar lentamente, mirando a los lados constantemente para que nadie le viera allí.

Para cuando estuvo frente a las faldas colgadas sus manos temblaron un poco pero cosquillearon cuando tocó la suave tela de tan lindo color. Notó a una chica verle un poco extraño y fue allí donde carraspeó su garganta e intentó poner su voz lo más grave que pudo.

- ¿Crees que le guste a mi hermana? Ama los brillos y esas cosas. -Inconscientemente su postura se volvió una más vaga y separó sus piernas como haría cualquier hombre, ahora la chica pareció soltar un suspiro de alivio asintiendo con una sonrisa.

Cuando la fémina se fue soltó todo el aire que tenía comprimido y se apresuró a tomar aquella educada postura otra vez, juntando sus piernas y escondiendo sus manos dentro de su sudadera, así se sentía cómodo.

Ahora miró la zona de probadores a lo lejos y notó a un lindo muchacho rubio dar las fichas para poder ingresar con las prendas y probarlas. ¿Tendría el atrevimiento de ir? Lo más probable era que no, pero recordaba aquella vez en que a escondidas le robó una falda a su prima y por más que tuvieran la misma talla, pareció quedarle extraña y un poco ajustada. Lo más óptimo y acorde a la situación era probar una que le quedara bien antes de llevarse la talla equivocada y tener que pasar el bochorno de ir con la boleta a pedir un cambio. Miró al rubio, luego la falda y una última vez a aquel chico que tenía una cara de aburrido y pocos amigos, si era honesto le tenía miedo, ¿qué pasaba si le insultaba sin razón? Una vez le dijeron cosas feas sólo por llevar esmalte de uñas... ¿Habría siquiera una manera de poder hacerse invisible y entrar allí?

Con una mueca en sus labios bajó una vez más la vista y rebuscó su talla y una más grande por si las dudas. Con manos aún temblando las sacó y se apresuró a caminar cabizbajo, mirando sus zapatillas blancas en tanto se dirigía a los probadores sin pensar mucho, pero a medio camino se detuvo en seco y miró la entrada, notando a un hombre entrando a probarse una camisa, otro unos jeans y sucesivamente otro una prenda de ropa interior.

Sus ojitos parecieron brillar por las ganas de llorar debido a su frustración y se apresuró a pasar su mano por sobre el brillo labial que traía, retirándolo, así también hubiera deseado ese día no atreverse a salir con las pestañas con algo de máscara o no haberse puesto ese lindo rubor sobre sus pómulos.

suavecito | yg + hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora