03

5.6K 707 144
                                    

Bien, Yoongi no solía cumplirle caprichos a su pequeña, malvada, malcriada y tierna hermana de nueve años, pero él mismo era capaz de recordar la vez que le prometió comprarle todo el maquillaje que quisiera si sacaba buenas notas en la escuela. No es como si tuviera poca fe en ella, claro que no, pero no creyó que fuera tan decidida como para lograrlo en cosa de un mes, ahora tendría que gastar dinero que usualmente usaría en artefactos sin sentido para comprar cosas de las cuales no tenía ni la más remota idea. Lo peor es que se sentía tonto, realmente tonto. Vagando en las estúpidas ideas de su cabeza se halló con la que cabaría su propio calvario: llevarle todo de sorpresa, "¡le va a encantar!", se había dicho a sí mismo con emoción, pero ahora que estaba frente a la tienda, tiritando de frío, maldiciendo llevar una chaqueta de cuero y una bufanda vieja y desteñida, la idea le había parecido horrible, apenas había visto el escaparate del local especializado en maquillaje y no tenía ni la menor idea de para qué servía cada cosa más que el brillo labial.

— Bravo, Min Yoongi. —Susurró con ironía mientras bufaba por lo bajo.

También pensó en salir de allí e ir por su hermana, pero él realmente ya se encontraba en ese lugar y no podía negar que le agradaba la idea de pensar en Yoonji saltando de emoción por el regalo de su hermano, además, como en cada tienda alguien podría ayudarle, ¿no? Entonces se adentró al local y quiso vomitar arcoíris cuando vio todo lleno de mil colores.

— ... Y yo le dije, ¡no, no puedes besarme así, Jimin! Primero debemos hacernos nov- —Jungkook se encontraba contando dramáticamente su historia de amor cuando sintió que Hoseok le jaló rápidamente hacia el suelo, casi logrando que su burrito cayera de plano con el. Miró a su mejor amigo con ojos bien abiertos y una expresión de fastidio y confusión. —¿Qué hacemos debajo del mesón? ¡Hay clientes, Hobi!

— ¡Shh! —Siseó con sus ojitos chocolatados hechos un par de huevos fritos, apretando el fuerte y musculoso brazo de su amigo, quien parecía no entender absolutamente nada, y no era para menos, estaban escondidos, ¿cuándo ellos se escondían? Así es, jamás. —Alerta roja, Kookie, alerta roja. —Susurró mientras su expresión demostraba total preocupación y su corazón latía con fuerza. ¿Por qué el mundo era tan pequeño cuando se le daba la gana?

— ¿De qué hablas? Hyung, no podemos jugar ahor-

— ¿Recuerdas el chico lindo de la tienda del otro día? Bueno, no tengo ni la más mínima idea de qué hace aquí. —Jeon ahora abrió incluso más sus ojos y se apresuró a pararse, divisando a un bonito chico rubio mirar con sigilo y confusión la zona de esmalte de uñas, o bueno, así fue hasta que cómicamente Hobi le tiró hacia abajo del mesón blanco una vez más. —No seas tonto, ¡no nos puede ver!

— Bueno, te aviso que uno de los dos debe atenderle si no quieres que tu mamá te regañe. —Advirtió el azabache con una leve mueca, sintiendo que en cualquier momento su brazo explotaría por ser apretado con toda la fuerza que ejercía su mejor amigo en él.

— Eh... ¿Hay alguien? —El pelirosa tragó saliva y jaló la faldita color violeta con su malo libre sólo de los nervios mientras miraba al otro chico ahora con una expresión de fastidio, aunque el problema no era precisamente con él. ¡Estaba enojado con el universo! Justo ese día se había atrevido a usar su bonita falda nueva y el lindo muchacho con el cual tuvo una escena hace unos días aparecía en la tienda que trabajaba su madre de la nada, ¿acaso se podría tener más mala suerte? ¡Hobi estaba tan avergonzado!

Jungkook subió las mangas de su sudadera negra y suspiró, sabiendo que Hoseok lo mataría por lo que haría, pero no era posible que no pudiera vencer su timidez y que, además, corriera el riesgo de que ambos se llevaran un castigo por parte de su jefa. Sin previo aviso se puso de cuclillas y tomó el escuálido cuerpo del más bajito, parándose con una expresión seria, teniéndolo sobre su hombro mientras este se tapaba rápidamente con la corta faldita que traía puesta, dejándole de pie frente al rubio que parecía ser su nuevo crush mientras colocaba su burrito sobre uno de los platitos de plástico.

suavecito | yg + hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora