Dos mes después de charlas nocturnas entre los dos varones la relación mejoró, ahora eran más abiertos entre ellos mismos, además Jimin todos los días traía un regalo para él: un relato nuevo junto a un dibujo. Jungkook mentiría diciendo que no lo apreciaba, es más, amaba los regalos del chico, sobretodo porque llevaban una profundidad infinita, Jimin los hacía con tanto esfuerzo y dedicación que era imposible no apreciarlos.
Conversaban de sus rutinas diarias, así solían ser ciertas veces las conversaciones nocturnas, otras en cambio se contaban el uno al otro lo que les gustaría hacer en este mundo antes de morir; Jimin le contaba con lujo y detalle sus fantasías, y Jungkook lo acompañaba en cada cuento con sus propias fantasías, a veces las unían y creaban un mundo donde ellos dos eran los protagonistas que se daban amor. Nada pasó nunca a conversiones subidas de tono, había siempre tensión en cada palabra que se escribían y alusión a lo sexual pero ninguno tenía el coraje para dar el primer paso todavía.
La únicas razón por la que Jungkook no dejó de escribirle a Jimin cuando este invadió su privacidad en una de sus chats nocturnas es que temía que hablara en serio, y seguía temiéndole. El tema no volvió a surgir luego de ese día, pero eso no daba por concluido nada, en realidad el hecho de que el tema no surgiera era uno de sus mayores preocupaciones; Jimin en menos de diez minutos había descubierto muchas cosas de él, y seguro que podía descubrir más si se lo proponía. Jungkook no era un tonto, pero Jimin sin duda estaba a otro nivel y eso lo asustaba.
El chico tampoco volvió a preguntarle acerca de su universidad, de sus padres, y de su vida privada no pidió nada. Que Jimin hubiera pasado de pedirle que se conocieran en persona repetidas veces a solo conversar del día a día y de sus fantasías era muy extraño. Al pelinegro todos los días, antes de entrar al chat con Jimin, lo invadía la necesidad de preguntarle al muchacho qué tramaba, si aún seguía obsesionado con encontrarlo.
Obsesionado era una exageración, sin embargo él no conocía lo suficiente a Jimin para decir lo contrario, o quizá el chico solo bromeó en su momento, o tal vez no, la duda mataba a Jungkook. Temía salir de su departamento y encontrarse a un Jimin esperándolo para hacerle quién sabía qué, podría ser Jimin un viejo, o un asesino, eran muchas las posibilidades para una persona salida de una chat como la que usaban. ¿Y si la foto que le envío el mes pasado fue robada de internet?
Una noche de las muchas que llevaban chateando Jimin le escribió aquello que lo dejaría pensando por muchas noches hasta joderle la cabeza, y de nuevo volvía a entrar en ese conflicto basado en una posibilidad.
°¿No vas a decirme dónde vives, Jungkook? :(
23:00•¿No has encontrado nada de mí, hacker de pacotilla?
23:00°Uh, uh, algo así, no estaría muy seguro.
23:01•Qué quieres decir?
23:01°No sé, lo sabrás cuando nos veamos.
23:01•Un día de estos te bloquearé, Jimin.
23:01°No importa, igual ya sé dónde encontrarte.
23:02°Jungkook?
23:02°Te asusté? Solo bromeaba!
23:03°Solo jugaba, Jungkook. <\3
23:04•Sigo aquí...
23:05Esa conversación lo tuvo pensativo por muchos días, se cuestionaba a cada segundo si Jimin bromeaba o había algo de cierto en sus palabras. Y cuando por fin la angustia se volvió insoportable, algo en su cerebro se accionó, su instinto se sobrevivencia le gritó que tenía que actuar primero: sería él quien encontraría a Jimin y no viceversa.
Encontrar a Jimin no fue difícil, el chico se lo había puesto en bandeja de oro. Bastó ingresar el nombre de la universidad del chico en internet, buscar el equipo de fútbol principal de la universidad y navegar entre las fotos y datos que aparecieron en la pantalla principal, pues la universidad mostraba orgullosamente a sus mejores jugadores becados. Muchas fotos aparecieron, pero entre ella no esperó ver sobretodos los otros el rostro de Jimin, el capitán del equipo.
Era... Tan normal. Jungkook se sorprendió tanto que llegó a pensar que todo era un engaño, que ese Jimin no era el mismo con el que hablaba todas las noches, el chico de las fotos parecía un jovial rubio universitario de los que piensan en fiestas y chicas, y no uno obsesionado con el masoquismo. ¿Podría estar equivocándose? ¿Sería todo un engaño? Viéndolo ahí, con su balón bajo el brazo, el sudor humedeciendo su camiseta del equipo, y su sonrisa audaz solo podía esperar que no. El chico era un imán para él porque lo asociaba a sus fantasías, en otra ocasión lo encontraría atractivo y punto, pero ahora, luego de conocerlo a fondo, solo podía verlo como eso que debía tener al menos una vez en su vida.
Se estaba metiendo en la boca del lobo, bien podría ser otra persona el chico con el que hablaba, no le importaba, debía darle caza antes de que Jimin -si era quién decía ser- se la diera a él.
Park Jimin.
18 años.
Nacido en Corea del Sur, Seúl, 2002.
Residente en...Cuando leyó los datos del chico su corazón se aceleró, todo concordaba con lo dicho por el chico del chat. No podía hacerse ilusiones, así que mantuvo su expresión seria mientras su dedo bajaba la rueda del mouse; para su mala suerte, no encontró la residencia del chico, solo su horario que coincidía con el resto de salones que cruzaban el mismo curso. Era poco y mucho a la vez, suficiente.
Por otro lado, en una vivienda diez veces más grande que el departamento de Jungkook, con una familia conformada por dos padres de familia, un hijo y una criada que se presentaba cuatro veces por semana, un rubio sonreía al dibujo recién terminado. Jimin, con un mohín, estaba dando su último retoque al autoretrato.
Sus padres volvían a discutir abajo en el primer piso, Jimin oía como su madre gemía tras cada latigazo que su padre grababa en la espalda desnuda de ella, habían gritos, sollozos y risas dulces.
Jimin solo podía cerrar los ojos y recordar el sueño de ese día: un hombre azotándolo con una gruesa cadena metálica y con ella abriéndole la piel de la espalda al primer golpe. En su sueño sus piernas se doblaban dejándolo en cuatro recibiendo entre risas los golpes, su cuerpo estaba bañando en su propia sangre porque la piel de tanto azote se había abierto quedando en pellejo colgante, era irreal, Jimin en su sueño podía ver a través de las rasgaduras sus pulmones haciendo movimientos de espiración e inspiración.
Jimin no podía concentrarse lo suficiente, sus padres lo interrumpían con sus gritos altos, cuando su mano intentó dibujar otro hilo de sangre sobre el dibujo el grito desgarrador de su madre hizo que su mando tambaleara.
—¡Carajo!—tomando una respiración profunda se levantó de su escritorio y caminó hacia la puerta de su habitación—Joder, joder, ¡joder!
Anochecía, faltaba poco. El rubio pegó su oído a la puerta, los murmullos junto a los gritos de sus padres podía oírlos bien. Metió su mano en los pantalones y con masajes en su hombría, inclinó su cabeza y susurró: —Más amor, por favor, dale más amor, papá.
Con frenesí se masturbó, rápido y sin tanto juego previo llegó en menos de dos minutos, solo necesitaba un rápido orgasmo para poder volver y terminar en paz su dibujo. Se limpió con una toallita húmeda, luego ya se ducharía, se sentó nuevamente en su escritorio prometiendo no levantarse antes de haber terminado su trabajo.
Dibujando sonrió como si cometiera una travesura, pues seguía esperando con ansias el día en que Jungkook, el chico con el que hablaba desde hace tiempo, fuera a por él. Sabía que había caído en su juego estúpido, podía sentir el temor en él cuando jugaba con su cabeza, Jungkook realmente creía que él, Park Jimin, sabía su ubicación, su universidad, etcétera. Lo único cierto es que Jimin había usado sus estrategias, al inicio solo quiso tantear terreno, ver si Jungkook era un hueso fácil de roer, y al final la psicóloga inversa sí que había funcionado.
Jimin impaciente esperaba el día en que Jungkook apareciera fuera de su universidad; él no sabría reconocer a Jungkook, cierto, pero no era el aspecto lo que lo delataría, bien sí la conexión creada en los dos largos meses donde secretos y fantasías se compartieron.
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.Maratón 5/5
Las dejo en la mejor parte, nos vemos en un tiempito <3
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Nosotros | Kookmin
FanfictionLa historia gira entorno a Park Jimin y Jeon Jungkook, dos varones que desde siempre han tenido desvíos psicológicos y extraños fetiches mal vistos por la sociedad. Jimin anhela ser víctima del dolor, Jungkook quien infringe aquél dolor, y si dos en...