A partir de aquí el mensaje con punto ° es Jimin, y Jungkook sigue siendo el punto negro •
.
.
.Jimin cruzó el pasillo del segundo piso, con el rabillo del ojo pudo entrever la habitación de sus padres cerrada, tampoco quería saber que pasaba ahí dentro. El invierno se asomaba, fuera el viento soplaba y la llovizna golpeaba contra los vidrios de su habitación, fuera no había ni una sola alma por el tiempo, parecía una ciudad fantasma y eso no le gustaba, en realidad lo atemorizaba, él era más un chico veraniego al que, de vez en cuando, le gustaba la compañía.
Entró a la cocina tomando de la encimera lo primero que encontró, la cena de hoy la saltó porque al parecer sus padres tenían cosas más importantes de las que ocuparse. Con un dulce enfundado volvió a su habitación, el reloj marcaba las nueve y media de la noche, y aunque su horario habitual de estudios fuera este, él sus deberes los había ya terminado desde hacía horas.
La razón era una, el chico llevaba más de una semana conectándose al chat de la página de vídeos, pero aún así no había logrado comunicarme ni una sola vez con el misterioso chico. Seguía intentándolo puesto que la oportunidad era única y podría no volver a tenerla entre sus manos, en su cabeza los escenarios eran muchos, tras los cuales tener una conexión con este extraño, una espacial.
Había una lámpara en su mesita de noche la cual mantenía encendida hasta irse a la cama, y que le permitía ver por dónde caminaba, sobretodo visto el tiempo oscuro. Una de las cosas que más le disgustaba era el frío, el sol se escondía rápido dejando oscuridad apenas a las cinco de la tarde.
Jimin, descalzo y con una pijama a juego, caminó hasta la librería a tomar su cuaderno secreto de dibujos y un lápiz; volvió con una sonrisa en la cara, una ilusión, y una esperanza.Todavía faltaban veinte minutos a las diez, que era la hora en que el desconocido se conectaba, tal como le habían comunicado en el grupo. Entonces el tiempo que quedaba lo ocuparía en, y sabía que podía resultar embarazoso, hacerle un dibujo; Jimin era extrovertido, incluso podía llegar a ser irritante toda esa energía suya, pero era bonito y adinerado que era lo realmente importante para quienes estaban cerca de él.
Como ya dicho, el chico no era un excelente dibujante, pero si usaba los contrastes y sombras correctas podías no darte cuenta. En el escritorio se sentó luego de darle un mordisco a su pastelillo, al segundo mordisco lo apartó y empezó a dibujar el sueño que ese mismo día tuvo.
Inició autodibujándose, a estas alturas su retrato salía casi idéntico pues era él quien siempre aparecía en sus sueños. La hoja entera fue ocupada por su rostro hasta los hombros, sus labios eran una sonrisa torcida que no se parecía a la encantadora suya, y tenía un ojo más pequeño que el otro muy diferente a los proporcionados propios; el dibujo en blanco y negro tenía sombras en las mejillas representando el rubor en ellas, y el hilo de saliva que caía por la comisura derecha era algo que llamaba lo erótico, pero su cabello desordenado, sus pupilas hacia atrás como si estuviera teniendo un ataque, y sobretodo su cuello abierto dejando ver la tráquea y los músculos bañados en sangre claramente no era algo que llamara el erotismo. Unas manos que no eran las suyas sostenían la piel del cuello a cada lado como si tratara de abrir cada vez más esa zona, y en el rostro del chico la satisfacción pura se veía gracias a esas manos grandes que no paraban de romperlo como un carnicero despiadado haría con un cerdo.
Jimin sonrió satisfecho, lo cierto era que el dibujo no era exactamente lo que había soñado, los detalles en ciertas partes faltaban, obviamente sus sueños se sentían tan reales que al despertar aveces podía sentir todavía los escalofríos, mientras que este dibujo de realista no tenía nada. Pero daba igual, poder tenerlos era lo importante porque lo ayudaban a recordar cada uno de ellos, además, él no solo pensaba regalar su dibujo al desconocido, bien sí se lo narraría como la fantasía que era.
ESTÁS LEYENDO
Nosotros | Kookmin
FanfictionLa historia gira entorno a Park Jimin y Jeon Jungkook, dos varones que desde siempre han tenido desvíos psicológicos y extraños fetiches mal vistos por la sociedad. Jimin anhela ser víctima del dolor, Jungkook quien infringe aquél dolor, y si dos en...