2. Secuestro

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El día amaneció soleado, pero pronosticaron que se nublaría hacia la tarde. Así que los mayores comenzaron a gritar para que nos levantáramos temprano, porque no querían desperdiciar ningún día sin ir a la playa. Con un esfuerzo mayor, todos estábamos arriba -con un sueño terible- pero despiertos.

Me senté sobre el arena por un largo rato, en silencio, tratando de leer el libro que había llevado, tenía que terminarlo antes de que el verano lo hiciera. El sol pegaba fuerte, pero no me preocupaba, necesitaba broncearme un poco. No podía concentrarme en ese libro, el hecho de que Carrie no me hablaba desde la noche anterior bloqueaba mis pensamientos. Esperé a que todos los hombres se fueran al agua y las mujeres a dar una vuelta para quedarme sola con ella y pedirle perdón por lo sucedido.

-¿Sigues enojada?- dije tímida mirándola detras de mis lentes de sol. Ella giró su mirada hacia mí totalmente seria y volvió.

-¿Que crees?- contestó.

-Perdona. Es que...- suspiré- No lo hubiera hecho si no me importaras. Si te hubiera pasado algo, no se que haría. Comprende que soy muy responsable con lo que me dicen y no puedo evitarlo. Dejaré de serlo, si te parece bien.

-No quiero que dejes de ser la persona que eres- interrumpió y la miré inmediatamente- Anoche estaba idiota por el solo hecho de que no me hayas dejado hacer un poco de sociales. No soy tan boba como crees, sabía lo que hacía y creo que sí, me sobrepasé un poco. Pero créeme que lo que te dije después no era cierto, sabes que soy boca suelta cuando me enojo. Yo te tendría que pedir perdón.

Sabía que mi prima era boca suelta. Sin embargo, también sabía que sus ataques de ira siempre eran acompañados de una dosis de sinseridad. Ella dijo la verdad, pero se arrepintió y luego cambió de lugar las cosas para quedar bien. Estaba a punto de abrir mi boca y decir lo que pensaba, pero solo quería arreglar las cosas.

El día continuó normalmente, dejamos esa pelea atrás y salimos un rato a recorrer la playa hablando de cosas simples, como siempre lo hacíamos, compramos un par de cosas y al volver a dónde estaba nuestra familia nos encontramos con que ya habían partido. Inmediatamente marqué a papá, sobre nuestras cabezas se aproximaba una gran tormenta eléctrica y los bañeros del balnearo sacaban la gente del lugar para evitar futuros accidentes con rayos. Ni mis padres, ni mis tíos contestaban, la señal en la playa era pésima.

-No tengo señal- le digo a Car- ¿Dónde vamos? No tenemos ni las llaves del departamento.

-¿Llamaste a todos?- pregunta.

-Sí y se me queda el celular sin batería- me quejé de la porquería de celular que nunca le funcionaba la batería- ¿Trajiste el tuyo?

-Si, pero no hay señal.

Miré para todos lados y el bañero nos hacía señas a ambas para que saliéramos. Estaba a punto de decidir quedarme un rato más para ver si aparecía alguien hasta que un rayo atravesó el cielo cayendo en el mar acompañado de un estruendoso ruido. Inmediatamente se descargó la lluvia y ambas corrimos a resguardarnos bajo una parada de colectivo.

-Tenemos que buscarlos, tal vez se hayan ido al departamento y nos abran- digo.

-Pero los escuché hablar de un bar cerca de aquí que querían visitar después de ir a la playa, sé en dónde queda, no está muy lejos- dijo Carrie.

-Entonces, vamos al bar y luego al departamento- propuse.

-Y si mejor, vos vas al departamento y yo al bar, así cuando alguna de las dos sepa dónde están avisa a la otra- propuso ella y parecía una buena idea. Y así fue, nos separamos y cada una tomó su rumbo rápidamente. Crucé la calle y corrí bajo la lluvia por el ingreso de vehículos, casi muero de un ataque cardíaco cuando una camioneta negra de vidrios polarizados casi me atropella.《Mira por dónde conduces》modulé al conductor totalmente enojada y seguí mi camino.

Protégete de mi (Ed Sheeran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora