"Me pintaste un cielo azul
Y luego vuelves y lo conviertes en lluvia"
Donde los planes y la vida de Aurora Fitwilliams son volteados de cabeza con la llegada de una nueva y singular familia a Forks, el pequeño pueblo en el que vive (y odia).
Edward...
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No lucían como cualquier otro estudiante.
Aurora no pudo evitar sentirse maravillada ante el físico tan hermoso e intimidante de los cinco chicos frente a ella. Su belleza era casi sobrenatural e increíble para ser imples adolescentes de secundaria.
Las dos chicas eran tan hermosas como polos opuestos. La primera era bajita, incluso más pequeña de lo que Aurora es; su cabello negro era corto y rebelde con cada punta señalando en una dirección diferente. La otra chica era alta y de figura esbelta, fácilmente podría pasar como una supermodelo; su cabello rubio caía como cascada desde sus hombros hasta su espalda.
De los tres chicos, uno era musculoso, demasiado, lucia como un verdadero levantador de pesas; su cabello era rizado y oscuro. El otro, más alto y delgado pero igual musculoso; su cabello era entre rubio y castaño, casi como la miel. Y el último de ellos, no era tan corpulento, pero era tan alto como el segundo; su cabello castaño cobrizo lo llevaba despeinado.
Todos ellos lucían diferentes pero a la vez similares, como el color pálido de su piel, como si nunca hubieran estado en contacto con el sol. Tambien, sus ojos eran de tonalidades ámbar, y debajo de estos lucían ligeras ojeras malvas, quizás padecían de insomnio o se estuvieran recuperando de una rotura de nariz, aunque sus narices, al igual que el resto de sus facciones, eran rectas, perfectas, simétricas.
Aurora carraspeo. "Hola, soy Aurora Fitzwilliams, presidente del comité estudiantil. Es un placer darles la bienvenida a nuestra escuela y a Forks." El director le había pedido que se aprendiera esa frase e hizo acopio de los conocimientos que tiene del club de debate para mantener su voz clara y uniforme.
Aurora les hizo una seña para que la siguieran hasta afuera en el pasillo, sin notar las miradas que el grupo le dirigía.
"De acuerdo, entonces se supone que ahora debo darles un tour por la escuela." Murmuró mientras ordenaba los papeles que Iveth le dio previamente. Eran hojas de asistencia y horarios. "Aquí entre nos, no veo cuál es el punto, a fin de cuentas la escuela no es tan grande." Rodo los ojos y se volteó hacia ellos. "Les daré sus horarios y una hoja de asistencia que cada uno de sus profesores debe firmar para luego entregársela a Iveth, la secretaria." Explicó. "Y no se preocupen, no los haré perder tiempo con el ridículo tour."
