"Me pintaste un cielo azul
Y luego vuelves y lo conviertes en lluvia"
Donde los planes y la vida de Aurora Fitwilliams son volteados de cabeza con la llegada de una nueva y singular familia a Forks, el pequeño pueblo en el que vive (y odia).
Edward...
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Tras soltar un bostezo, Aurora acomodó las correas de su mochila y cruzó las puertas del salón de Física. Era una materia que le encantaba y que siempre se le había dado bien, es por ello que el director decidió adelantarla un curso.
El primer día del curso, el profesor al verla acercarse a su escritorio al ingresar al salón, sonrió con entusiasmo y dijo:
"¡Ah, señorita Fitwilliams! Veo que al final aceptó la propuesta del director de avanzar un curso. ¡Maravilloso! Espero que mi clase sea de su provechoso. Tengo grandes esperanzas sobre usted."
Casi la hace llorar ahí, en cambio solo atino a asentir y devolverle la sonrisa.
Iban por el segundo mes de clases y seguía sin hablar con nadie del salón. Era incómodo. Aunque había dos rostros conocidos pertenecientes a Rosalie Hale y Emmet Cullen, nunca ha interactuado con ellos.
Tomó un lugar en la fila al lado de la ventana. Faltaban unos minutos para que el timbre sonara indicando el inicio de la clase, por lo que aprovecho para cerrar sus ojos y descansar un poco. El día anterior se había acostado tarde terminando un proyecto para la clase de literatura.
Era en pareja sin embargo fue la profesora quien las designó y para su mala suerte le tocó con David, quien la hace sentir incomoda con sus miradas y la forma que tiene de siempre invadir su espacio personal.
En cuanto terminó la clase él se le acercó luciendo entusiasmado por tenerla como compañera cosa que no dudó en expresar, incluso la estaba invitando a su casa para trabajar pero ella desechó la invitación de inmediato, respondiendo que haría todo el trabajo y no sería necesario. David se mostró molesto y dijo que la acusaria con la profesora. Ella no se inmutó y le dijo que hiciera lo que quisiera.
Al final, David no la acuso con nadie y aceptó a regañadientes. Para evitar algún problema, Aurora le pidió que enviara una parte de la investigación y ella haría la otra parte, revisaría todo y lo juntaria. Obviamente ni siquiera tomo en cuenta la información que él le envió.
Aurora sintió que movían su hombro. "Oye, el profesor ya entro."
Con parsimonia, Aurora se incorporó y abrió sus ojos. "Gracias."
Grande fue su sorpresa al darse cuenta que quien le había hablado fue nada más y nada menos que Emment Cullen. De hecho, él y la despampanante Rosalie estaban sentados en la fila a su lado.
Él le guiñó un ojo y le mostró su sonrisa con hoyuelos.
Notó la molestia en el hermoso rostro de Rosalie por lo que apartó la mirada sintiéndose incomoda.
"¿Qué crees que haces?" Siseo la vampira en tono bajo hacia su novio.
"Alice dijo que tú y ella serían grandes amigas, por ende ella y yo lo seremos también." Se encogió de hombros.
