Capítulo 6

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-Hija, tenemos que irnos ya- Me apresura mi padre, se encontraba afuera en su vehículo junto a Edith esperando por mi

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-Hija, tenemos que irnos ya- Me apresura mi padre, se encontraba afuera en su vehículo junto a Edith esperando por mi.

-Señor Cushing, si no le molesta puedo ir a dejarla yo- Interviene Alan.

Mi padre hace una mueca pero al final acepta, se sube a su vehículo y se despide de nosotros sonando la bocina.

-¿Vamos a mi habitación?- Pregunta Alan.

Yo asiento, entramos a su casa y comenzamos a subir al último piso.

Entramos a su habitación, al momento de cerrarse la puerta escucho que le coloca el seguro, me siento en su cama y él toma una silla y la coloca frente a mi sentándose en ella.

-¿De dónde conoces a Sir Thomas Sharpe?- Me pregunta él con el ceño levemente fruncido.

-Fue a pedir financiamiento para... Alan McMichael, ¿Estás celoso?- Pregunto ahora conteniendo la risa.

-No- Se apresura a responder, se levanta de la silla y la mueve hacia el pequeño escritorio que se encontraba en su dormitorio.

Entrecierro mis ojos sin creer en su respuesta, él voltea a verme y chasquea la lengua.

-Si lo estoy- Admite, me levanto y me acerco, estiro mi mano y con mis dedos le doy un pequeño golpe en su frente.

-No deberías de estarlo, tonto-

-Lo sé, perdón, fue tonto de mi parte el ponerme así, ya no somos unos adolescentes-

-He de admitir que me gusta verte celoso- Le digo mientras pasó mis brazos por su nuca, él toma mi cintura y jala de ella, junto mi frente con la suya, cierro mis ojos y suelto un pequeño suspiro, siento sus labios chocando con los míos, correspondo al beso el cual se vuelve más intenso.

Alan empieza a dar pequeños pasos sin separarse, le sigo y siento como me empuja con cuidado, me dejo llevar, y la cama amortigua mi caída, deja mis labios y baja hacia mi cuello dejando pequeños besos en él, esta sensación es nueva y mi cuerpo empieza a temblar al sentir sus besos casi por mis pechos.

-Alan, es-espera- Le digo mientras mi voz tiembla, él se detiene y levanta la mirada hacia mi.

-Perdón, me deje llevar, pero la noche de bodas no te salvas- Me dice mientras me guiña un ojo.

No tardo en reír al escucharlo.

-¿Quieres qué te lleve a casa?- 

-Por favor-

-Una última cosa, ¿Quieres ir mañana a conocer mi consultorio?-

-Iba a ir aunque no me lo pidieras- Le respondo riendo.

-Iba a ir aunque no me lo pidieras- Le respondo riendo

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La cumbre escarlata (Alan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora