Capítulo 4: Un Pacto Mágico

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Capítulo 4: Un Pacto Mágico

— ¡Maty! ¿Dónde estás? ¡Ayúdame!

Matías corre hacia donde se hallaba la pequeña niña, siendo arrastrada por las puertas de la oscuridad. Estas eran tan rojas como la sangre y el hierro en forma de calavera era tan oscuro como la noche, ella no tenía forma de huir estaba siendo sujetada por una multitud de esqueletos o demonios mientras se aferraba sus uñas a la tierra.

Este se tiró al suelo tratando con la esperanza que su fuerza sea suficiente para evitar lo impensable a la vez, que luchaba con estos, pero le era imposible.

— No temas hermana, estoy contigo.

Sin embargo, al fijarse en sus ojos noto que esta era Corín su corazón latió rápidamente. Su cuerpo templo de pavor tratando de aferrarse a esta, no obstante, fue arrancada de sus brazos.

Grito con toda su alma en el blanco mundo, la culpa lo calcomanía por dentro por fallar de nuevo. No comprendió porque sus dioses lo castigaban de tal manera, sintió una suave mano en su hombro advirtiendo que no se encontraba solo.

— No lo arruines, ella soy yo, somos una como la Luna y el Sol o día y la noche — susurró en su oído— no te atrevas a fallarme.

Volteo su rostro observando el cuerpo descompuesto y ensangrentado de su hermana.
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Matías despierta acalorado sobre el escritorio de su biblioteca, no importaba cuantos años pasaran sus sueños eran capaces de atormentarlo por sus pecados. Poco a poco lleva su mano para masajear su cuello, sus orbes amarillos se sorprenden al ver un azulejo sosteniendo una carta con el sello del León y la Serpiente; simbolizando al gran Consejo de Sabios liderado por Eros el color amarillo del sobre indicando que era una urgencia.

Luego de leerla pega un grito llamando a su ama de llaves, ella llega nerviosa hacia donde se encuentra por ser de madrugada se encontraba vestida de pijama.

— Su alteza ¿qué ocurre? — realiza una reverencia.

— Trae a la mejor, dama de compañía que encuentres— se acerca a ella— no importa su estrato social, sobre todo asegúrate que sea sana y discreta se le pagará muy bien solo por esta noche — lanza el papel arrugado a su lado— elimina esto, nadie debe enterarse de su contenido.

Una vez que se retira de la habitación, abre el papel para leerlo.

Querido Lord Da Vinci.

Lamentablemente debe exterminar la rosa de jade y su familia, para comprobar su lealtad a luz.

Si vos no desea hacerlo es comprensible, pero serás considerado un exiliado, pero debes permitir que vuestros peones la asesinen y traigan su corazón.

Evite una guerra a sangre fría en sus tierras.

Atentamente,

Eros Blanco

***

Él despierta con los primeros rayos del Sol en la mañana, observa a la joven tratando de vestirse rápidamente se ubica detrás de ella para ayudarle a cerrar las cintas de su colorido vestido con encaje indicando que pertenece a una clase humilde.

Secretos de SaizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora