Prólogo

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Prólogo

La joven de ojos verdosos sabe que no está loca, ellos tratan de convencerla que lo está lleva exactamente un dos años y sesenta días con su buen comportamiento actual se ha ganado el derecho de ir al patio del psiquiátrico sin embargo bajo la condición de ser supervisada por los guardias del lugar, un poco más de confianza y lograra que le traigan libros de física o de literatura.

Tiene prohibidas las visitas esto ha traído como consecuencias que su mente maquiavélica trate de idearse un plan para escapar, la última vez lo hubiera escapado sino fuera por la ultima cámara que se encontraba al final del pasillo del piso de planta baja, su mantra es ¨saber que lo que vivió es real y debe regresar'' meditando consigo misma. Ganas no le faltan de quemar ese asqueroso lugar amarrada a su cama finge estar loca como los otros su teoría de ocultar los medicamentos bajo la lengua y escupirlos sin testigos ha resultado bastante bien.

Escucha la puerta abrirse detrás de la misma mira una mujer de cabellos rojos, ojos azules, piel blanca y de rasgos finos calcula que su altura no sobrepasa de unos 1,60 cm a juzgar por su vestimenta será otra psicóloga a la cual manipular o volver loca.

— Desamarren a esta niña no es un animal—
—Señorita Takeshi está adolescente es el paciente más agresivo que tenemos no podemos darnos el lujo de...—
— ¡Ya me oyeron quítenle las correas—

Con enfado a la adolescente rubia le quitan las correas dejándola esposada a las barandas de su cama.

— Gracias señor Dimas—

Responde ella con ironía lo que hace que Takeshi alce su ceja con rebeldía poniendo una sonrisa en sus labios. Estos le murmuran suerte a la pelirroja.

— Muy bien Corín ¿me puedes contar como eran tus padres contigo? ¿Tu tío Matías y su familia?
— Usted ya reviso el informe doctora no tiene por qué preguntarme lo mismo.
— Muy inteligente, pero omites algo yo no lo leí me gusta evaluar los pacientes con mi propia metologia.
— Supongo que electrocutar mi cabeza, darme pastillas, la hoja con tinta, etc.
— Por favor responde mi pregunta.

En ese momento Corín miro la cámara fingió tener un ataque psicótico alegando que escuchaba voces en su mente, por consiguiente, las enfermeras sacaron a la señorita Takeshi.

***

— ¡Maldita sea Sayuri! ¿Cómo que no puedes sacar a tu hija de ese lugar?
— Lo siento Azami he intentado todo lo que he podido en gran medida, pero la auditorias de las apelaciones rechaza nuestras peticiones sugiriendo que es peligrosa para la sociedad— se escucha un sollozo profundo al otro lado de la línea—. Sé que tiene que regresar contigo para pelear por lo que corresponde por derecho.

Azami trato de tranquilizar a la madre de Corín que mantuviera la calma antes de terminar la llamada, segun su investigacion nada apuntaba que la adolescente hace tres años y medio hubiera matado a Matías, solo su ropa tenía su sangre ni siquiera en la supuesta arma homicida no contenía sus huellas lo único que la conectaba era el incendio y la sangre en su vestimenta pues la declaraciones de testigos ubican a la niña pidiendo ayuda además de ayudar de evacuar al personal de limpieza y sus familiares, la mayoría de las evaluaciones psicológicas apuntaba a que era una psicótica》《sociópata》《Esquizofrénica y solo una a que era una niña normal solo estaba conmocionada con ataque de pánico.

Pero su mente apuntaba a una cosa Eros Blanco quien se benefició de la desaparición de Matías al comprar su transnacional en el país, ya en este momento entendió porque Corín fingió un ataque psicótico.

— Muy inteligente niña, de verdad eres mi orgullo.

Dijo para sí misma la jovencita al igual que Azami se dio cuenta que plantaron las pruebas, los test psicológicos y hasta el juicio fue una vil mentira para tapar lo que sucedió los gobernantes ya sabían que ellos existían; ahora es su turno de ganarse la confianza de su propia nieta lo bueno de la eternidad es saberla usar.

***

Un Año y Seis Meses Después

Punto de Vista de Azami Takeshi

Como la relación psicóloga/ paciente con Corín ha sido un sube y baja este último año está al principio había sido bastante tensa estuve a punto de rendirme pues ella seguía fingiendo que estaba loca, no quería hablar conmigo y en pocas veces estaba tan medicada que no estaba lucida por quererse escapar ya no soportaba estar allí una noche estaba tan drogada o sedada que rompió una vez en llanto.

Lo recuerdo perfectamente me confundió con su madre por mi olor o perfume.

—¿Mama eres tú?

La rubia segun las enfermeras llevaba días sentada en el centro del calabozo dándole la espalda a la cámara que pensaban que los había engañado, me puse de detrás de ella pero no respondí.

—¿Quién eres tú? ¿Por qué hueles como mi mama?
— Soy yo Corín... Soy la doctora Takeshi.

De sus ojos salen lágrimas desesperadas pidiendo ver a sus padres, no me quedo más remedio que abrazarla su aspecto demacrado me revelo que llevaba días sin dormir o comer la camisa de fuerza no ocultada frente a mis ojos; sé que no debí usar mis poderes hice que mirara sobre mis pupilas que se volvían casi blancas.

《Escúchame niña solo esta vez resiste... Te vamos a sacar de aquí》

— ¡Sal de mi cabeza!

Respondió mientras callaba su boca con mi mano, ordene que me siguiera observando se perdió desmayada entre orbes color blanco con la intensión de que no revelara mi posición pasaron unos días para lograr que la pasaran a una celda era necesario poco a poco logre con algo de comida, chucherías y algo de terapia mejorar su aspecto además de su psiquis aunque transcurrieron meses para que Corín no se mostrara tan recia a hablarme de ella, hasta un día antes de su cumpleaños que no sabía que regalarle hasta que escuche unos guardias haciendo bromas sobre esta:

— ¿Para qué una loca quiere libros de física, química, literatura y matemáticas?
— Mm no lo sé.
— Para golpearse la cara.

Me encargue de devorar sus almas ese mismo día lo admito fue placentero hacerlo y gratificante consumir su carne volviendo al punto nunca vi a una niña tan feliz por recibir un libro de física de primer año universitario de ingeniería prometí traerle más si me permitía dar las terapias y que no volviera a escaparse.

Esta tarde me reuniré con Corín para su consulta semanal, tratare de que hable su historia sobre Saiz necesito saber que pasaba a su alrededor y como termino en esta situación como siempre recorro los pasillos del psiquiátrico santa María antes de posicionarme frente a los guardias para que abran la puerta de la habitación de "mi flor de loto" así la llamo, tal como cada vez que la visito tomo asiento al lado de su cama mientras lee.

— Hola Doc.

Saluda sin sacar la mirada de su libro últimamente tiene preferencia por las historias de Stephen King.

— Hola mi flor de loto, creo que hoy es el día que deberíamos hablar de Saiz.

— Doc. si le cuento usted me llamara loca tal como todos aquí.

La veo cerrar su libro pensativa noto en su rostro que revivir esa experiencia es agridulce, pero nada comparado con estar atrapada en este manicomio.

— Muy bien doc. le contare.

Secretos de SaizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora