Mi Manchi/ måneskin

capítulo.5

Kira~
Mis cosas ya estaban recogidas, no tenía muchas cosas ya que dejaría el armario y la cama porque los chicos tenían. Llenamos la furgoneta que ellos habían traído para transportar mis cosas y nos fuimos a casa måneskin, donde vivían todos juntos.
Mis libros, mis pinturas, mi ropa, todo estaba en aquellas 20 cajas que los chicos me estaban ayudando a descargar para meterlo en mi nueva habitación. En total 20 cajas en mi habitación y yo colocando todo mientras les escuchaba tocar y cantar en el salón. Casi había terminado de colocarlo todo, el escritorio lo había colocado delante de la ventana y había puesto la cama al lado, contra la pared y había puesto baldas por encima. Al otro lado de la habitación había un armario empotrado en el que ya había colocado toda mi ropa y mis toallas, mis pinturas y libros también estaban colocados y solo me faltaban 2 plantas y unas fotos que tenía enmarcadas. Tenía 3 con mi padre y una de la noche que me quedé a dormir con los chicos. De repente escuche 2 golpes en el marco de la puerta y vi que era Damiano el que estaba ahí.
- hola. ¿Necesitas ayuda? -
- si porfavor, ¿puedes colocar las plantas en la balda de arriba? No llego -
- claro principessa - Damiano se dirigió a colocar las plantas y yo me reí nerviosamente mientras sentía como toda la sangre de mi cuerpo se iba a mis mejillas.
- gracias Dami - no se me ocurrió otra cosa y le llamé así. Había escuchado a victoria llamarle así cuando quería molestarle. El me miró y sonrió ligeramente.
- Denada, Ethan está haciendo la cena, cuando termines vete a la cocina y cenamos.- creo que en el momento que dijo eso, me puse pálida, hacía mucho que no cenaba y tenía miedo. Creo que Damiano lo notó y se acercó a mí con una sonrisa triste.
- eh, no pasa nada. Vamos a ir de poco en poco, pero vas a cenar, y vas a comer por lo menos 3 veces al día- dijo mientras me cogía las manos y yo miraba al suelo sollozando.
- sé que no quieres pero lo vamos a superar juntos. Yo confío en ti y sé que eres valiente y puedes con todo. - levantó mi Mentos con suavidad para que le mirara a los ojos y, otra vez, nos sumergimos en un abrazo del que no me quería separar.
Fuimos juntos a la cocina y nos sentamos a cenar, teníamos sopa, comí poco pero lo suficiente para llenarme. Ellos estaban hablando de sus planes de futuro mientras yo les escuchaba atentamente.
- y tú Kira, ¿Que te gustaría hacer? - la pregunta de Thomas resonó por mi mente y no sabía que responder.
- me encantaría ser una pintora reconocida o diseñadora de moda-
- el día que diseñes ropa te llamaremos para que te vengas de gira con nosotros a diseñar nuestros outfits- dijo victoria sonriendo.

Después de eso los chicos y yo nos pusimos a ver una película, me senté al lado de Damiano y me acurruqué un poco, estuve toda la película llorando mientras el me acariciaba la mano derecha de forma tranquilizadora. Cuando terminó decidieron ver una de acción y como era muy tarde y había estado todo el día ordenando, estaba muy cansada y me dormí en el hombro de damiano mientras notaba como el me acariciaba el pelo.
Me desperté en mi cama, a las 2 de la madrugada llorando y con la garganta dolorida, supongo que por haber gritado, intentaba no tener pesadillas pero volvían siempre, eran recurrentes y yo no podía más. Cuando alcé la mirada hay estaba otra vez, y en ese momento entendí que el era la persona que estaría en los momentos que más le necesitará, que le tendría para reír y llorar y gritar con el si me hacía falta, sentía mariposas en mi estómago cada vez que le veía, y no me pude resistir más, y si, entre lágrimas le besé.
Por un momento se quedó paralizado pero después me respondió y agarró mi mejilla para que el contacto entre nosotros se potenciará. Mis lágrimas estaban mojando su cara pero en ese momento deje de pensar en todo, mis pesadillas, mi madre, mi padre... Todo desapareció cada vez que sentía los labios de damiano rozando los míos. Se separó de mi boca y nos miramos a los ojos, no dijimos nada pero a la vez lo dijimos todo nos abrazamos y nos dormimos, juntos, otra vez, con esa sensación de estar protegida y que nada me podía hacer daño cuando estaba con él porque ese era Damiano. La estrella que me alumbra al pasar para que no me caiga sola en la oscuridad