Jongdae entró en el sistema de seguridad del gobierno japonés obteniendo el control completo de todas las cámaras de la capital, centrándose en ciertos puntos de Tokio que frecuentaba su objetivo, encontrándole fuera de un club. El maldito japonés hizo una llamada que duró unos 5 minutos y luego subió a su auto perdiéndose del lugar. El mayor de los Kim grabó el número de la placa del coche y buscó su ubicación, la última vez que una cámara lo captó fue en la carretera principal desviándose hacia el este, Jongdae estaba seguro de que se dirigía hacia los viejos almacenes fuera de la ciudad. Al perder al hombre se concentró en la llamada que había realizado, jaqueó la computadora principal de la policía japonesa y buscó el registro de llamas del mafioso descubriendo que se había comunicado con un número en el exterior, el código le decía que se trataba de una llamada internacional desde Rusia. Logró acceder a la grabación y escuchó la conversación, lamentablemente no sabía ruso y el miembro de La Yakusa solo había asentido a las instrucciones que le habían dado. Había descubierto que La Yakusa tenía posibles vínculos con La Bratva, pero eso no servía de nada si no sabía los planes que llevaban a cabo y sin duda a Chanyeol no le iba a gustar que le diera esa información incompleta.
Se quitó los auriculares y dejó caer la cabeza hacia atrás, los sonidos amortiguados de cierto chico le llamaron la atención, el rubio no dejaba de removerse en la cama e intentaba decirle algo, pero Jongdae no entendía nada.
── ¿Quieres ir al baño? ──preguntó el mafioso acercándose a su prisionero, el chico continuó haciendo extraños sonidos que aumentaban su dolor de cabeza. ──No tengo ni la más mínima idea de lo que estás diciendo, prueba hablar lentamente. ──pidió y el rubio prácticamente le gritó con todas sus fuerzas al oído, porque el menor de los Kim se había acercado bastante a él para escucharle mejor. ──No, no entiendo nada.
Minseok rodó los ojos ante la estupidez del pelinegro y al escucharle reír como maniático le fulminó con la mirada. Jongdae entendió la amenaza y sacó de uno de los cajones de su escritorio un cuchillo, lamió la hoja con recelo haciéndose un pequeño corte en la lengua y lo acercó al rostro del rubio para quitarle la mordaza.
── Habla ahora.
── Imbécil, ¿no podías hacer eso desde el principio? ──preguntó Minseok enojado, el pelinegro sonrió.
── Ni pensar que salen palabras tan sucias de unos labios tan lindos. ──comentó Jongdae paseando la hoja del cuchillo por los labios del chico. ──Abre la boca. ──ordenó.
── ¿Qué vas a hacer? ──preguntó Minseok algo asustado, pero terminó cumpliendo con la orden del mafioso, no quería probar su paciencia de nuevo, antes lo había hecho y ahora se encontraba atado a la cama.
Jongdae se subió encima del chico y metió la punta del cuchillo dentro de la boca de Minseok, cortando su lengua, para luego darle un beso, grabándose el sabor de su sangre. Mordió donde estaba el corte provocándole un quejido al rubio y sonrió contento, amaba escucharle gemir.
── Joder, me vuelves loco. ──comentó el mafioso frotando su erección por encima del pantalón. ──No deseo nada más que pasar un buen rato contigo, pero tengo trabajo qué hacer, así que hagamos esto rápido.
Cuando el mayor de los Kim se desabrochó los pantalones y dejó salir su erección, Minseok sabía que no tenía nada bueno en mente. Jongdae sonrió ante la expresión temerosa de su prisionero y comenzó a masturbarse lentamente, sin duda estaba disfrutando aquel momento.
── No desvíes la mirada, obsérvame. ──pidió Jongdae aumentando la fricción, mientras hacían contacto visual. ──Eso es, cuando esos ojos me miran con tanta confusión intentando ver más allá, derrumbando mis barreras, me pones tanto. Nunca me sentí tan indefenso ante una mirada.
ESTÁS LEYENDO
Sweet Lies [ChanBaek/KaiSoo]
FanficEn los últimos dos meses Seúl se ha convertido en una ciudad donde el crimen está fuera de control y eso tiene de muy mal humor a los altos mandos de la seguridad de la capital. La policía nacional no puede dominar la situación lo que incita a los d...