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Capítulo 60

A la 1 de la madrugada, la ciudad que nunca duerme sigue tan animada como siempre. El aullido de fantasmas y lobos en la habitación privada de arriba se transmite a la calle a través de la ventana. El hombre había terminado su indulgencia, empujó la puerta torcida y salió para detener el auto.

Este es el lugar más sensual de Runcheng, y se puede decir que está lleno de inmundicia. Tal vez sea porque hay algunas fuerzas detrás de él, o aún no ha sido atrapado. Desde la inauguración hace dos años, no ha habido ningún accidente de rectificación.

Mirando a un grupo de hombres y mujeres disolutos frente a él, Tang Junhe apretó el paquete de cigarrillos en su bolsillo con cierta inquietud, respiró hondo en la puerta y luego entró.

Hay un área de descanso en el pasillo del primer piso, la mayoría de los cuales son hombres y mujeres sentados en parejas. Encontró un rincón apartado para sentarse, extendió la mano para bajar su capucha y miró el entorno circundante.

No mucho después, una mujer borracha se sentó. Tang Junhe olió el olor a alcohol de esa persona e inconscientemente quiso hacerse a un lado, pero al final se contuvo y no se movió.

La mujer inclinó la cabeza y lo miró sin vergüenza, y Tang Junhe también se volvió para mirarla. El pesado maquillaje ahumado estaba pintado en su rostro, por lo que fue imposible saber su edad por un tiempo.

"¿Cuántos años tienes?" La mujer lo miró por un momento, luego preguntó en un tono prolongado, con una voz ligeramente ronca y ahumada.

"18" Dijo Tang Junhe.

"¿En serio? ¿18?" lo miró de cerca, y el olor a vino y perfume se mezcló y golpeó su rostro.

Cuando Tang Junhe vio a los labios rojos brillantes acercarse, de repente pensó que a Yang Xuan también le gustaba esto, así que la miró muy de cerca, pero Yang Xuan siempre olía bien, incluso si olía a cigarrillos y alcohol, sería neutralizado por su olor original.

Volvió la cara para evitar el fuerte olor de su cuerpo.

Al ver que no hablaba, la mujer volvió a preguntar: "Es muy tarde, ¿qué haces aquí, niño?"

"Busco a alguien." Tang Junhe hizo todo lo posible por comportarse con naturalidad.

"¿A quién estás buscando? ¿Me dejas encontrarlo por ti? Conozco muy bien este lugar".

Tang Junhe pensó por un momento, sacó la pitillera de su bolsillo, se la entregó y preguntó: "Quiero comprar esto, ¿sabes dónde puedo comprarlo?"

La persona lo tomó, primero miró la pitillera y luego sacó la caja de hierro del interior, como si tratara de concentrarse. Después de un rato, sacudió la cabeza y dijo confundida: "No lo había visto antes".

Tang Junhe no se sorprendió por tal resultado, pero aún estaba un poco decepcionado. Alargó la mano, tomó la pitillera y la volvió a guardar en el bolsillo.

"¿Fumas?" La mujer lo miró con gran interés.

Tang Junhe no respondió.

"¿O en realidad eres un policía?" Tal vez porque sintió que esta especulación era demasiado poco confiable, la mujer se rió mientras hablaba.

"Lo que sea que pienses." Dijo Tang Junhe.

"Bueno, no puedo ayudarte con esto", la mujer se levantó, se inclinó y le susurró al oído: "Sin embargo, si quieres tener sexo, esta hermana puede ayudarte y no te cobrará nada"

Tang Junhe la miró y dijo con frialdad: "No, gracias".

Después de permanecer en el vestíbulo durante casi una hora, excepto por haber sido abordado esta vez, Tang Junhe no tenía nada que conseguir. A pesar de la elección deliberada de ropa antes de salir, todavía se veía demasiado fuera de lugar aquí. Además, no es bueno para conversar con la gente de manera proactiva, y hay pocas personas solteras por ahí, por lo que quedarse aquí lo inquieta. Observó los cigarrillos en las manos de todos, pero no pudo encontrar el que estaba buscando.