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Capítulo 55

Advertencia: Contenido +18 explícito.

Nadie puede decir cómo sucedió ese beso, quién se acercó a quién primero y quién sedujo a quién primero. Cuando sus labios se tocaron, hubo una ligera diferencia de temperatura al principio, Yang Xuan estaba fresco y seco, Tang Junhe estaba caliente y húmedo, pero esta sutil diferencia se derritió rápidamente por el calor entre los labios y la lengua.

Yang Xuan solo sintió que los labios de su hermano menor eran suaves, como si estuviera impotente y cooperativamente dejándolo hacer lo que quisiera. Todo fue impulsado por el instinto. La punta de la lengua de Yang Xuan abrió los labios de Tang Junhe, se introdujo entre los dientes y penetró en su boca caliente y húmeda. La punta de su lengua tocó la punta de la lengua de Junhe y se deslizó primero,  después rápidamente se enredados juntos. Las narices de ambos se frotaban de un lado a otro en el pequeño espacio, incapaces de escapar, inhalando y exhalando repetidamente entre ellas. 

El brazo de Yang Xuan que descansaba sobre su rodilla se estiró, abrazando el cuerpo de su hermano que estaba a punto de colapsar. Sintió que la lengua indefensa le respondía bruscamente, y los dos brazos se estiraron para enganchar su cuello, lo que le hizo inclinar la cabeza y profundizar el beso.

Los nervios de Tang Junhe estaban entumecidos por el gran zumbido en su cabeza, y por un tiempo, más tarde, se dio cuenta de que se estaban besando. ¡Él y su hermano Yang Xuan, se están besando! Respondió torpemente a este beso. Mientras Yang Xuan le enseñara, aprendería todo, lamer, morder, enredar la lengua... Este beso fue demasiado profundo, tan profundo que no sabía cómo para respirar, jadeó rápidamente, a su cerebro casi faltándole oxígeno, el latido de su corazón parecía latir directamente en su tímpano, resonando como un trueno.

Fuera de la ventana, con un trueno, uno tras otro, los fuegos artificiales se elevaron en el cielo nocturno y luego explotaron sobre sus cabezas.

El año nuevo está aquí.

Separaron sus labios y lengua y  se extendió un hilo de saliva, el pulgar de Yang Xuan frotó los labios húmedos y suaves de Tang Junhe y preguntó con voz ronca: "¿Lo has aprendido?"

Los ojos de Tang Junhe estaban un poco desenfocados,  jadeó y lo miró. Tomó la iniciativa. Se acercó a Yang Xuan y quiso continuar con el beso, pero Yang Xuan lo detuvo pellizcándole la barbilla. La mirada de Yang Xuan mantuvo un rastro de claridad, y trató de contenerse: "Solo enseño una vez"

"Pero aún no he aprendido", Tang Junhe lo miró, el deseo en sus ojos no era disimulado, era directo y honesto "Gege..." tragó saliva, la manzana ligeramente convexa se deslizó hacia arriba y hacia abajo, su voz era suave, como una tentación: "Tengo 17 años, podemos hacer otra cosa..." Dijo, extendiendo la mano para tocar la parte inferior del cuerpo de Yang Xuan, sintió que su hermano reaccionó, estaba tan duro como el suyo, "Gege, todavía recuerdo lo que me enseñaste la última vez..."

Yang Xuan miró a Tang Junhe, sus labios entreabiertos eran de un rojo sangre, como cerezas maduras, brillando con una luz hidratante, dulce, suave, que acababa de probar. Son tan inocentes y seductores como esos ojos de ónix negro. 

Escuchó a su hermano decir: "Lo que me enseñaste... ¿quieres que lo use con otros?"

Su razón clama por persuadirlo de que se detenga, pero el deseo no está bajo el control de la razón, está ardiendo salvajemente y nubla su juicio.

"¿Usarlo en quién?" Yang Xuan puso su mano en su pijama, lo miró y preguntó. 

Otro estallido de fuegos artificiales, una luz blanca parpadeante se proyectó en sus rostros, y Yang Xuan vio las mejillas enrojecidas de su hermano, rojas como manzanas en el Jardín del Edén.